Que ante la llegada gradual de miles de migrantes a Coahuila y que supuestamente será la caravana más grande en la historia, las alertas para el gobierno de Coahuila se prendieron desde el fin de semana porque a causa del permiso que les otorgó a miles de ellos el Instituto Nacional de Migración para que transiten legalmente por el país, pues la estancia por estas tierras coahuilenses por lo mínimo será de un mes en perjuicio de las ciudades de Acuña y principalmente de Piedras Negras.
Que de esta manera al darles permisos la Cuatroté le dejó toda la responsabilidad al gobierno estatal. Como ya había dicho que no le “sacaría”, el gobernador Miguel Riquelme ya se aplicó desde este lunes en el tema sanitario y en lo que respecta a la seguridad, por lo que las corporaciones policiacas estatales prácticamente permanecen en alerta ya que se redoblaron los filtros de vigilancia. Además es urgente ver que tengan agua y si se puede, los alberges ya que el aspecto humanitario es importante por las mujeres embarazadas y los niños.
Que ya solicitó el acompañamiento de la Comisión de Derechos Humanos. Ayer a temprana hora sesionó la Mesa de Seguridad y el gobernador se mantiene en la postura de hacer lo que corresponde para atender el rescate migratorio.
Que Mario Cepeda sí estuvo en el registro como aspirante al liderazgo priista de Verónica Martínez, el pasado viernes en Torreón, como algunos militantes ni en el mundo lo hacen, no notaron su presencia. Tampoco se explican porque le tienen tanta consideración a alguien que pensó en irse al otro lado.
Que para seguir echando leña al fuego, en rueda de prensa el inconforme senador Enríquez se fue directo a la yugular con las autoridades de Morena a nivel nacional y estatal y junto a Omar Castañeda exigieron la destitución inmediata de personajes como Mario Delgado y Otniel García.
Es de mencionar que después del domingo, todos aquellos porristas de la coalición no se han dejado ver ni han realizado declaración alguna, llama la atención especialmente del abogado bandolero Hugo Rosales, que todos los días realizaba su rueda de prensa banquetera para argumentar que trapearía a la alianza y que Marina sería la tumba política de Lety Herrera, el abogado líder de Redes Sociales Progresistas, no ha aparecido y le fue tan mal en la votación que es muy posible que su partido desaparezca.
Lo mismo pasa con Manuel Espino, el “amigo de ya sabes quien” y líder del movimiento acarreador llamado Ruta Cinco, que tomó la misma fórmula de invisibilidad que Rosales Badillo y nadie sabe donde se encuentran.