Que ni el tener el control del Congreso de Tamaulipas tranquiliza a varios diputados locales morenistas, pues aseguran, se sienten por encima de la líder Úrsula Salazar Mojica. Entre ellos, Juan Vital Román, Humberto Prieto y Eliphaleth Gómez se traen todo un show por “querer ser más” entre sus compañeros de curul, tanto de bancada como contrarios.
Que a eso deberá enfrentarse la presidenta de la Junta de Coordinación Política aunque también, se menciona, deberán intervenir operadores del gobierno estatal para ponerle orden a los legisladores, por cierto, demasiado efusivos en el arranque del nuevo período ordinario de sesiones el pasado domingo, ante la presencia del gobernador Américo Villarreal Anaya.
Que en la demanda puesta por la secretaria General del PRI Mayra Ojeda Chávez, acusa hasta violencia política de género, al argumentar el CEN su maternidad como una “imposibilidad para ejercer como presidenta del Comité Estatal”. En el acuerdo se especifica lo anterior y de acuerdo con el protocolo, esto no es aplicable hacia una mujer en la política. Ya veremos cómo acaba esto.
Que el Ietam se sostuvo en que el ex gobernador García Cabeza de Vaca no cometió calumnia en aquella rueda de prensa donde amenazó “para todos tengo”. El Trieltam le ordenó volver a analizar el caso, y el árbitro reiteró que solo hubo uso indebido de recursos públicos y trasgresión al principio de neutralidad. Morena quedó inconforme pues dice se ligó a sus actores con el crimen.
Que es incierta la activación de urnas electrónicas para el 2024 en Tamaulipas, pues habrá elecciones presidenciales y no se podrá seguir “a las prestadas” con Coahuila, así que lo más seguro es que no haya. Este año se pensaba desarrollar el primer prototipo en el estado, pero no se podrá debido al recorte presupuestal al Ietam, lamenta Juan José Ramos Charre.
Que Oscar Luebbert es el representante en Tamaulipas de Diálogos Progresistas, una de las plataformas desde las que Marcelo Ebrard se busca posicionar y de quien fue compañero en los 80, cuando colaboraban con Manuel Camacho Solís, el reynosense como secretario particular y el canciller como coordinador de asesores del entonces secretario de Desarrollo Urbano.
