Que en el Congreso del Estado es una muestra. Contados diputados le invierten a un equipo de trabajo para promocionar su imagen y actividades mientras la mayoría, con tal de ahorrar, se graban y generan contenido en sus redes sociales. Hay a quienes les resulta el esfuerzo, pero otros de plano necesitan una buena asesoría.
Que al árbitro electoral Juan José Ramos Charre le quisieron hacer manita de puerco para calcular el porcentaje de participación ciudadana en darse para la elección de magistrados y jueces de Tamaulipas, pero el funcionario se concretó a responder un 100%. Definitivamente es imposible y los reporteros lo tomaron a chascarrillo.
Que Viridiana Ríos ve las comisiones estatales de búsqueda como una fauna diversa y poco coordinada, operando en ciclos de bomberazo tras bomberazo, retrata a Jorge Macías desde el sexenio panista y a pesar de la polémica de las últimas semanas sobre estos temas, su nombre no ha salido a colación, aunque debe muchas respuestas.
Que Edgar N fue acusado también, en su momento, por dobletear cargos al estar de directivo en un centro de estudios superiores e integrar el Pleno del Trieltam, sin pasar nada. Un señalamiento más delicado, un presunto delito contra una menor de edad, le trajo como consecuencia la pérdida de su trabajo y de su libertad.
Que los regidores matamorenses América Lorencez y Christian Guerra, luego de renunciar a Movimiento Ciudadano al asegurar el coordinador estatal Roberto Lee les quedó muy mal, encontraron cabida en el Partido Verde. El dirigente Manuel Muñoz Cano presumió la integración de los ediles a sus filas y tras la salida de sus diputadas locales, ya es algo de ganancia.
Que según Bruno Díaz, hay morenistas en la 4T tamaulipeca, entre ellos servidores de primer nivel, con constantes preguntas sobre cómo está el PRI, un signo de “sus ganas de volver”, sin embargo, nadie le ha manifestado una intención de retornar. Les garantiza abrirles la puerta y perdonarles sus pecados. ¿Dónde se escuchó antes?