Que “la pipa de la paz” fue firmada por el alcalde de Ciudad Victoria Lalo Gattás, al confirmar su presencia en las últimas reuniones del gobernador Américo Villarreal Anaya antes de las vacaciones de Navidad y Año Nuevo. El edil presumió la reunión junto con su esposa al lado del mandatario y la presidente del Sistema DIF María Santiago de Villarreal.
Que entre los funcionarios estatales, quien le metió producción a su mensaje navideño fue el secretario de Salud Vicente Joel Hernández, publicado por la misma dependencia estatal en sus redes sociales durante la mañana del lunes, hecho desde su casa pero incluyendo a personal en las imágenes, sorprendiendo hasta a sus compañeros de gabinete.
Que la realización de posadas en municipios en esta época navideña efectuadas en sectores populares fue una medición de cómo andan los operadores políticos de alcaldes y legisladores, aunque entre ellos flotaron los egos.
Que algo llamó la atención este año: no proceden las denuncias por violencia política de género; las pocas fueron bateadas por el Ietam y a nadie negaron la candidatura por maltratar mujeres, recordándose la violencia física, psicológica, laboral, económica, etc. Bonitas leyes, pero no se aplican, un tema para el análisis tienen Juan José Ramos Charre y Gisela Lugo.
Que por cierto, la dirigente de Morena en Tamaulipas Lupita Gómez anduvo en Altamira repartiendo el protocolo para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, pero las militantes guindas no se han quejado de la falta de alternancia de género en las postulaciones de municipios competitivos y, salvo algunas excepciones, les siguen dejando los más pequeños.
Que después de desaparecer su partido este año, los otrora perredistas siguen sin reaccionar a pesar de que el ex dirigente del sol azteca en Tamaulipas, David Valenzuela había dicho que integrarían un nuevo instituto político; sin embargo, al parecer, ni de ello les quedaron ánimos. Sin duda, 2024 les deja un mal balance.
