Que Morena se estableció como partido hegemónico en Tamaulipas tras la jornada electoral. Ayudó al triunfo de Claudia Sheinbaum en la presidencial, lideró por amplia mayoría en el Senado, se adjudicó siete de ocho diputaciones federales, será bancada amplia en el Congreso y consiguió la “joya de la corona”, Tampico, con Mónica Villarreal Anaya.
Que además se llevó Ciudad Madero y Altamira con una notable diferencia de los punteros en el PREP Erasmo González y Armando Martínez respectivamente. El primero mantendrá para el partido el control de la urbe petrolera, en tanto el segundo se reelige, mismo caso de Carlos Peña en Reynosa. Beto Granados ganó con comodidad en Matamoros.
Que hoy será un día de regreso de candidatos tras las licencias por las campañas. Armando será uno de ellos y además de volver a sus funciones atenderá el tema del agua junto con el gerente de la Comapa Omar Hernández Leines, al continuar en el puesto así como seguir con las labores de dotar el líquido a los habitantes.
Que no son buenas cuentas en las filas guindas. El partido no capitalizó la popularidad de AMLO y el peso político de Claudia; se confió demasiado y permitieron un empate técnico con la posibilidad de perder Victoria, Nuevo Laredo y Río Bravo, ciudades donde el PAN compite y, de ganarlas, será muy doloroso para el partido en el poder.
Que los resultados requieren un verdadero ejercicio de reflexión, de autocrítica y apertura para definir con humildad qué fue lo que no se hizo bien, porque mientras acá en el sur se enfrenta una crisis hídrica que enoja a la población al quedarse sin agua, no fue obstáculo para que Morena confirmara Madero y Altamira, y pintara de guinda el bastión panista.
Que los únicos en dar la cara por el PAN fueron Chucho Nader, virtual ganador en la diputación federal por el Distrito 08, así como Pepe Schekaibán en el 22 a nivel estatal. Mucha atención con el PRD, pues con estos comicios está literalmente condenado a perder el registro a nivel estatal como nacional.