Que como es natural, cada vez más voces se suman a la condena por los casos de los niños Fernando y Dulce, pequeños víctimas de la pobreza, la violencia e inseguridad que campea en varios puntos de la entidad. La propia gobernadora Delfina Gómez ha sentenciado que no pararán hasta hacer justicia. En esto de repudiar los lamentables hechos, coincide hasta el PRI estatal, por cierto.
La senadora Cristina Ruiz Sandoval, presidenta PRI estatal condenó dichas muertes en los municipios de La Paz y Chalco, pidió esclarecer los homicidios y criticó las presuntas omisiones de instituciones de gobiernos locales en el apoyo inmediato que deberían haber brindado (en lugar de andar haciendo “Grilla de Corazón”) Y es que, ya se sabe, hasta ahora prácticamente nadie ha sido sancionado.
Que por su parte, el coordinador del grupo parlamentario del tricolor, Elías Rescala Jiménez, adelantó que presentarán un exhorto en el Congreso del Estado de México para que se investiguen las presuntas cadenas de omisiones que fueron denunciadas en las agresiones contra los infantes. Ciertamente la muerte de dos niños (eso, en días recientes) no puede quedarse en simple “jalón de orejas”
Que en el tema del proceso de normalización de actividades en la Universidad Autónoma del Estado de México, al parecer todo va marchando por dos vías paralelas. Una, con el diálogo que mantiene la rectora Zarza para escuchar y cumplir las demandas de la comunidad estudiantil y liberar los centros universitarios (ayer, por ejemplo, estuvo en Humanidades) y otra, será la vía de los propios alumnos “no paristas” que están pacíficamente avanzando hacia sus actividades normales.
Entre estos últimos están los de la Facultad de Derecho, que el próximo 18 de agosto comenzarán las clases, aunque será virtualmente porque las puertas de Ciudad Universitaria están en control de paristas. Por su parte, alumnos de Ciencias Políticas y Sociales que buscan reactivarse han desconocido a la asamblea estudiantil que mantiene tomado el recinto, piden incluirse en el proceso de diálogo, pues dicen haber sido intimidados por los paristas.
