Que hace algunos días la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, que encabeza Myrna García Morón, envió un oficio a las visitadurías, secretaría, directores generales… en fin, a todos los mandos, para avisarles que en esa casa de la dignidad y las libertades, como la denominan en el documento, “el combustible destinado a la operación de vehículos se ha consumido en su totalidad”, y piden, palabras más, palabras menos, que se rasquen con sus uñas para cumplir las labores de sus respectivos cargos.
El asunto sería de risa loca, de no ser por la gravedad de la situación, pues mientras están mandando al personal en bicicleta o en patines a defender a la población agraviada, la titular de la Comisión no baja el lujoso perfil que le caracteriza. Meseros, chef y estilista siempre a la mano. Bueno, quizá sí le ande escaseando la Premium en su potente camioneta, porque ya es de todos sabido que son largas sus ausencias en el lugar de trabajo. ¿Tomará nota el Congreso?
Que hablando de lujos, con lujo de saña fue balconeado el Secretario de Movilidad mexiquense, Daniel Sibaja, pues circula en redes sociales un video de hace un mes donde celebra su boda que fue, afirman, por todo lo alto y sin reparar en gastos. Incluso, en el Congreso estatal fueron exhibidas las imágenes donde se detallan las amenidades en la ceremonia, donde se aprecia al funcionario de la 4T feliz y radiante en ese día tan especial.
Fue la legisladora Ruth Salinas quien exhibió el ágape que, presuntamente, costó algo así como 5 millones de pesos, lo que representaría algo así como cuatro años de su sueldo. Incluso lo compararon con el boato de César Yáñez y Santiago Nieto, otros funcionarios emblema de la austeridad. Este funcionario, desde su llegada, ha estado en el ojo del huracán. A ver cómo le va ahora en un entorno político cada vez más tirante.
Que muy emotiva fue la convocatoria ayer por parte de la Universidad Autónoma del Estado de México para participar en la restauración del megamural Aratmósfera, del maestro Leopoldo Flores, obra que, como todo mexiquense sabe, está pasmada en el cerro de Coatepec y gradería del estadio Alberto “chivo” Córdoba. Es un sitio entrañable para varias generaciones que tendrán la oportunidad de dejar su huella con algunos brochazos.
