Que a pesar de que afirmó que “se pactó una tregua”, Óscar González Yáñez, histórico dirigente del Partido en el Trabajo en el Estado de México, reconoce que el futuro de su partido en la entidad está en veremos, pues sigue muy tirante la situación luego de la designación de Reginaldo Sandoval Flores como comisionado político nacional del PT, que avivó las diferencias internas en esta fuerza política.
Quién sabe en qué términos esté esa tregua, pues el propio Reginaldo, que ya opera con su propia estructura de prensa, convocó para hoy a una conferencia en instalaciones del Congreso local “con la presencia de legisladores federales y locales”. La operación cicatriz podría estar lejana para este importante sector aliado de la 4T que actualmente cuenta con nueve curules mexiquenses y, a partir del 2025, con nueve presidencias municipales y decenas de regidurías y sindicaturas.
Que han causado extrañeza algunas resoluciones jurídicas en las que la Secretaría de Educación mexiquense está involucrada, y no solo por la materia, sino porque por alguna “curiosa” razón, con un mal litigio, la dependencia pierde juicios relativamente sencillos de resolver; en perjuicio, claro, del erario estatal.
Lo que más ha resaltado es que con esto parece muy satisfecho el personaje que despacha en el área jurídica, Guillermo Calderón Vega, quien en su paso por el Cecytem en tiempos priistas fue cuestionado por excesos y presuntos temas irregulares. ¿Se habrá purificado con la 4T o seguirá con las mismas prácticas?
Que hablando de prácticas extrañas, algunas más siguen ocurriendo en el Banco de Alimentos Cáritas del Estado de México IAP, que dirige Ricardo Sánchez Villalón; además de los dispendios e incongruencias que ya se han ventilado, hoy martes tendrán una junta (O town hall meeting, como le gusta decir a Ricky), donde se leerá el “nuevo reglamento” que se le ocurrió.
A ver si no desata un escándalo su decisión de prohibir, al estilo provida, el uso de faldas cortas, pantalones pegados y en general vestimenta cómoda como mezclilla y tenis. La idea al parecer es que trabajadores de esta organización, que vive de donativos para canalizar apoyo a los más pobres, tengan que usar uniformes que, claro, saldrán de los fondos de la institución.
