Que la corcholatiza ya está aquí… al menos a través de sus personeros. Recientemente estuvo en la capital mexiquense la avanzada de Marcelo Ebrard y ayer tocó turno a la de Sheinbaum. La agrupación “Por ellas por todas” anunció que apoyarán a Claudia, pues dicen que “es la única que conoce las necesidades del sector femenino”, y van con todo por su causa.
Hasta ahí todo bien y normal, solo llamó la atención el reciclaje político. El grupo fue encabezado por la ex perredista Lorena Villavicencio, en calidad de vocera. A ver si al menos las propuestas son novedosas.
Que en otra pista mexiquense, corren los temas poselectorales y de transición económica al nuevo gobierno. Por lo pronto un sector empresarial proveedor del gobierno está tratando de calmar los nervios, pues no sienten garantías.
Ayer el presidente de la Asociación Mexicana de la Industria de la Construcción (AMIC) en el Estado de México, Adolfo Castillo Huanaco, refirió que buscan concluir antes del 1 de septiembre algunas obras de infraestructura contratadas por la actual administración estatal, pero buena parte de estos proyectos llevan avances de 60 y 80 por ciento. Piden, eso sí, respeto a los contratos vigentes. A ver.
Que en más de esa resaca luego del proceso electoral, está el caso de la diputada federal Melissa Vargas Camacho, quien ha presentado un juicio ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para impugnar la resolución del Tribunal Electoral del Estado de México (TEEM) que busca sancionarla por presunta violencia política en razón de género.
La legisladora explicó que la resolución del TEEM, además de arbitraria y desproporcionada, le ha causado agravio personal y político. Encima, se queja de que información falsa y malintencionada la coloca inscrita en un supuesto "padrón de violentadores de género", haciéndola víctima de un linchamiento político. ¿Pues cuántos callos habrá pisado Vargas con su destacada labor partidista en campaña?
