Que el Oficial Mayor de Tlajomulco, Ignacio Curiel Dueñas, emitió una circular estableciendo un “Código de Vestimenta” para promover una “imagen profesional y respetuosa”, prohibiendo chanclas, gorras, escotes pronunciados y faldas cortas. Curiel defendió la medida como un fortalecimiento de “valores institucionales”. Sin embargo, horas después –y tras intensas discusiones internas en el gobierno municipal encabezado por Quirino Velázquez Chávez– el mismo Oficial Mayor emitió una nueva circular dejando sin efecto la normativa.
Así, en menos de un día, los “valores institucionales” pasaron de ser una prioridad a un expediente archivado.
Que la alianza durazno –naranja con manchas guindas– conformada por Movimiento Ciudadano y Morena en el Congreso de Jalisco, genera preocupación en las demás bancadas. Tras “enterrar” al ITEI (aunque con tres meses de gracia), ahora temen que la reforma judicial se diseñe “al estilo Jalisco”: un “traje a la medida” de Casa de Gobierno. Juan Pablo Colín, dirigente estatal del PAN, y María del Refugio Camarena, coordinadora priísta, fueron contundentes: advirtieron que esta reactivación favorecerá directamente a la dupla durazno.
Que la celebración con narcocorridos del diputado emecista Luis Octavio Vidrio en Tlajomulco, donde sonó el género ante la presencia de otros políticos de Movimiento Ciudadano, choca frontalmente con la cruzada antiapología del delito que pregona el gobernador Pablo Lemus, su compañero de partido. Al ser cuestionado, Lemus optó por un evasivo “cada quien sus cosas”, remarcando su identidad 'rocanrolera' para distanciarse del género con un tono menos contundente como cuando presentó su iniciativa para combatir la exaltación del delito.
