Que el conflicto público entre Ceci Flores e Indira Navarro, dos figuras clave en el movimiento de búsqueda de personas desaparecidas, trasciende un simple pleito personal y ahora judicializado: es un reflejo de las fracturas que debilitan una causa urgente en México. Mientras miles de familias esperan respuestas, el enfrentamiento judicial entre estas activistas —quienes alguna vez trabajaron juntas— revela los riesgos de la polarización en un espacio donde la unidad debería ser primordial. Las acusaciones son graves (robo, manipulación de datos e incluso poner en riesgo a otras buscadoras), pero lo más preocupante es que el debate se ha centrado en desacreditaciones mutuas, no en las víctimas.
Que Tlajomulco no necesita más diagnósticos: es el epicentro nacional del abandono de viviendas. Que hoy exista un plan para recuperar 10 mil casas es un reconocimiento tardío de un fracaso colectivo, pero que por fin ahora los tres niveles de gobierno en coordinación, buscan recuperar. El reto no es solo rehabilitar estructuras vacías, sino reconstruir la confianza de quienes huyeron por falta de servicios, seguridad o transporte. Si este plan se reduce a “llenar casas” sin resolver lo esencial, solo se estará maquillando un cementerio inmobiliario.
Que las cifras son escandalosas: 4 mil 898 motos aseguradas en lo que va de la administración, con un vergonzoso 70% que nadie reclama. El gobierno de Pablo Lemus Navarro se las adjudica por “seguridad” debido a que Jalisco se convirtió en el paraíso del moto-robo e impunidad.
Que la reciente revelación de que el Papa León XIV (entonces Robert Prevost) visitó Guadalajara durante su tiempo como superior general de la Orden de San Agustín nos recuerda los vínculos históricos entre la Iglesia y la ciudad. Una fotografía compartida, donde aparece en el templo de Santa Rita (Chapalita), no solo es un testimonio de su paso por Jalisco, sino también un dato curioso que resalta cómo figuras clave del Vaticano han tenido una relación cercana con la comunidad católica local. Veremos si con León XIV Guadalajara sigue siendo punto relevante para la Iglesia.
