Dos pasos muy importantes para Jalisco se dieron este lunes. Primero el que realizó el gobernador Enrique Alfaro al hacer pública la carta en la que invita, con ciertas condiciones, a la Universidad de Guadalajara a retomar el diálogo roto desde hace un año y ocho meses. El segundo paso, igual de importante, lo dio el rector general de la casa de estudios, quien poniendo matices al tono de la misiva de Casa Jalisco, dijo que sí, que hay disposición para dialogar. Hay mucho que celebrar, aunque apenas sea el inicio de un proceso de resolución de un conflicto que se veía difícil de resolver hace apenas un par de semanas. Apenas se supo de las cartas, y comenzaron las especulaciones sobre presuntas intenciones del gobernador, o sobre posturas encontradas en la casa de estudios. Falta mucho por hacer sobre el tema, y seguramente habrá que resolverse en una mesa amplia, con otros actores que ayuden a negociar entre las partes. Pero lo más importante es que, como sea, hay ánimo de dialogar. Y eso dice mucho para todos los jaliscienses.
¿Coincidencia? ¿Envío de señales? Quienes suelen encontrar los detalles en la vida cotidiana se dieron cuenta que desde hace varios días comenzaron a ser retiradas mantas enormes en contra del gobernador Enrique Alfaro en edificios universitarios, además de pendones donde se defiende la autonomía universitaria. El caso más ejemplar es el Edificio Cultural y Administrativo de la UdeG (Vallarta, frente al MUSA), donde hay crespones en luto por Raúl Padilla, pero ya no mantas contra el gobierno. Igual la publicación de las cartas se acordó con algo de anticipación. Ahora sí que quién sabe.
Al final de cuentas fue mucho estrés y una vieja lesión cervical la que envió al hospital hace unos días al gobernador Enrique Alfaro. El propio mandatario fue quien comentó ayer, tras la inauguración de Talent Land, que tuvo mareos y entumecimiento de un brazo, razón por la que hubo cierta alarma, pero al final no pasó a mayores y ya está en tratamiento para resolver su problema. Y sí, que se cuide Alfaro Ramírez, porque luego eso de hacer campaña nacional suele ser pesado y estresante, y... ok. Ya mejor nos quedamos callados.
