Que las malas señales que el gobierno de la república acostumbra enviar, ya fueron recibidas con nerviosismo en los entornos económicos internacionales, ahora con la reforma a la Ley Minera. La Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), que capitanea el leonés José Abugaber así lo advirtió y alertó que la minería es una turbina que propulsa el desarrollo nacional.
Para dimensionar los alcances, baste considerar que de permitirse la participación privada el sector generaría 350 mil nuevos empleos que se sumarían a los más de 3 millones de plazas de trabajo formales con que cuenta en la actualidad y, hablando en pesos y centavos, podría pagar 23 mil millones de pesos más, aunados a los 64 mil milllones que pagó el año pasado, lo que para nada es despreciable.
Que luego del cambio de representación sindical en la planta de GM Silao, donde el sindicato independiente Sinttia desbancó al organismo afiliado a la CTM, Miguel Trujillo, es hasta cierto punto normal que haya situaciones tirantes o como comúnmente se dice, “estira y afloja”. Pero lo que hay que evitar es que esas tensiones sean tantas que, literalmente, se “rompa la liga”.
Lo anterior viene a colación por que los trabajadores buscan resarcir el deterioro laboral de los últimos años y recurrieron al emplazamiento a huelga, que el Sinttia prevé fijar para finales de mayo próximo, mientras que la armadora llama a avanzar en puntos concretos de la negociación. Una ruptura a nadie beneficiará.
Que en lo que respecta a la estrategia de linchamiento mal llamada “Campaña Nacional Informativa” que desde la dirigencia nacional de Morena se ha echado a andar contra los diputados federales panistas que se opusieron a la Reforma Eléctrica, no hace más que refrendar la marginal presencia del partido del presidente en la entidad.
Así así quedó de manifiesto, por ejemplo en Irapuato, al exterior de la casa de gestión de Itzel Balderas, menos de 10 personas se jactaron de contar con el respaldo de... ¡500 ciudadanos!
