En los últimos años, diversas tormentas tropicales se han convertido en huracán, en sus diversas categorías, y han amenazado con impactar en la zona sur de Tamaulipas, formada por los municipios de Tampico, Ciudad Madero y Altamira, o por lo menos muy cerca de aquí, pero sólo ha quedado en pronósticos que no se concretan.
Cuando se forma alguno en el Golfo de México y se empieza a seguir su trayectoria, se anuncia que se enfila hacia Tampico y de pronto la ruta cambia.
No quiero entrar en polémica, pero todos sabemos lo que se cuenta: que en la zona estamos protegidos por los aliens y por eso ningún huracán ha pegado en esta región, ya hasta Tampico es conocido en todo el mundo por esta leyenda.
Pero más allá de que si los aliens, la base extraterrestre o por presión y humedad como refieren las autoridades encargadas en la materia, lo único cierto es que no sabemos si la zona está preparada para el impacto de un huracán.
Por la historia, conocemos lo que se vivió en años como 1955 con el huracán Hilda o en 1966 con el huracán Inés, fueron devastadores para Tampico y sus alrededores. Pérdidas humanas y grandes daños materiales.
Desde esa época, ningún fenómeno meteorológico ha tocado tierra en esta zona. En este periodo se han hecho obras para dar rapidez al desfogue, pues aunque no han llegado huracanes sí se han presentado lluvias intensas que dejan inundaciones menores o encharcamientos.
Pero todas estas obras no han pasado la prueba de fuego y no sabemos los efectos que se pueden generar en las ciudades de Tamaulipas. Y si a esto se le suma que no entendemos que no debemos tirar basura y tener los canales pluviales y drenajes limpios y listos para dar salida al agua de las lluvias.
Y todo esto se le suma otro inconveniente más: los cocodrilos que viven en las lagunas y con los que conviven las personas que viven cerca de estos cuerpos de agua que con las lluvias se desbordan.