¡Miren nada más, amigos Wagnermaníacos! Nada como escuchar un gran tema del compositor Alberto Cortés, que me da el tiempo perfecto para contarles una nueva anécdota.
Recuerdo que este gusto que tenía Dr. Wagner Señor por escuchar las canciones con temas de reflexión, de vivencias de esos cantautores que le dejaban huella, lo realizaba durante los viajes en la periferia de la CdMx, mientras se dirigía a cumplir alegremente con sus compromisos profesionales, ataviado con su equipo de lucha libre, acompañado de sus hijos Dr. Wagner Jr. y Silver King.
Voy a esto porque como dice la canción, el tiempo pasó, y así es, pero siento que la presencia de mi padre dejó una huella muy grande en la mente y en el corazón de todos los aficionados. Él es una gran leyenda y nosotros somos los continuadores. Incluso cuando sufrió el accidente, siempre lo invitaba para que me acompañara a los eventos y era un gran gusto que lo hiciera, como yo lo hacía de niño.
Fueron momentos importantísimos, porque siempre me daba el consejo, que es el mismo que le doy a mis hijos cuando bajan del ring: “no hagan de la lucha libre un circo de tres pistas”. La lucha libre es para concentrarse en el centro del ring, por eso él comentaba que los luchadores que se bajan a luchar entre la gente, lo hacían porque no tenían los recursos necesarios para mantener la atención en su rival, arriba del ring.
Mi padre criticaba al Señor Perro Aguayo, también a los Brazos, pero quizá ellos tenían ese estilo y les funcionaba. Sin embargo, para mí, siempre había un gran regaño de su parte, un regaño de disciplina, para enseñarme cómo debía desempeñarme luchísticamente por el respeto a los aficionados.
El tiempo pasó, como dice la canción de Alberto Cortés, y me quedan muchas anécdotas, muchos momentos qué compartirles. Así es, el tiempo pasó señores Wagnermaníacos, y recuerden... Que en mi casa y con el tiempo se me respeta. Bien, Bien, Bien.
Dr. Wagner Jr
Twitter: @WagnerJrOficial