Wagnermaníacos, buenos días, buenas tardes, buenas noches. ¿Cómo dicen que les va? Aquí, quien les escribe anda un poco nostálgico, debido al puntual cumplimiento del tercer aniversario luctuoso de mi querido, de mi amado hermano, Silver King.
La fatal fecha se cumplió el pasado 11 de mayo, y hasta ahora me atrevo a recordarlo con todos ustedes, porque desde entonces me es muy difícil acomodar mis sentimientos al respecto.
Sin duda una pérdida inesperada, porque César Cuauhtémoc González Barrón estaba en plenitud de facultades físicas y mentales. Él siempre supo que su destino estaría marcado por un ring, por una máscara.
Desde que éramos niños, lo recuerdo hiperactivo, siempre brincando de un lado a otro, por eso mi padre, Dr. Wagner Señor, estaba enamorado de su chiquillo. Me cuenta mi madre, que era tan grande su amor a la lucha libre que, en ocasiones lo encontraba dormido abajo de su cama, rendido de tanto jugar, pero eso sí, enmascarado.
Silver King, un hermano solidario, con quien viví una niñez, una adolescencia inolvidable. Su determinación por edificar una enorme carrera deportiva, marcó mi vida, porque al despertar en su servidor los celos por igualarlo, e incluso por superarlo, me convirtió en lo que soy actualmente, dentro y fuera del ring.
¡Gracias, hermano! ¡Lo hiciste! Duerme en paz al lado de papá. Nosotros seguimos cuidando, engrandeciendo al Legado Wagner.
Y, recuerda que en nuestra casa, con nuestra gente, se nos respeta. Bien, Bien, Bien.
Dr. Wagner Jr
Twitter: @WagnerJrOficial