Todos los movimientos sociales se han valido de acciones radicales para conseguir la atención de sus demandas, y el feminista no es la excepción. La intervención del espacio público causa divisiones incluso entre las mismas simpatizantes, sin embargo, no se puede negar que ha servido para visibilizar las problemáticas de las mujeres y lograr avances en la lucha por justicia y nuestros derechos.
El pasado martes se conmemoró el Día de la Acción Global por el Aborto Legal y Seguro, y la cobertura mediática en la Ciudad de México se enfocó en los destrozos y agresiones por parte de encapuchadas, quienes no han sido reconocidas como parte del Bloque Negro e incluso no se puede descartar que su único objetivo sea deslegitimar el movimiento.
Los pañuelos verdes ya no se alcanzaban a ver entre el gas lacrimógeno, y los golpes se escucharon más fuertes que las consignas. Los videos de manifestantes golpeando a personas en la vía pública, que no se detuvieron ni un segundo para pensar en las consecuencias, dominaron las redes sociales y quedó en el olvido que este año, a diferencia de otros, tenemos qué celebrar.
Esta vez el contexto cambió. La Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró inconstitucional la penalización de la interrupción del embarazo. El panorama no era el mismo de siempre. Había que festejar este gran paso y al mismo tiempo alzar la voz para presionar a los Congresos locales a cumplir su parte. Pero eso no pasó.
No importan los monumentos ni los cristales, que la ciudad sirva de lienzo para expresar la ira y la indignación que hemos sido obligadas a silenciar por décadas; pero no podemos dejar que se pierda de vista la esencia del movimiento que, como todo, está en constante cambio. Por eso, es momento de analizar dónde estamos ahora, en qué se ha avanzado y cómo continuar sin que la violencia innecesaria se lleve los reflectores.
Punto y aparte
Las policías del Grupo Ateneas fueron recibidas con aplausos, felicitaciones y hasta con pétalos de rosas por sus compañeros, los mismos que las han discriminado y violentado. Según un estudio de Causa en Común, el 43 por ciento ha recibido insinuaciones sexuales, 10 por ciento fue tocada sin su consentimiento, 8 por ciento ha sufrido un intento de violación y 17 por ciento recibió amenazas por negarse a un encuentro sexual. El respeto hacia ellas nada más queda para las cámaras y las redes sociales.
Dora Raquel Núñez
Twitter: @darianzx