Bien por la dignidad y valor de los senadores del PAN
Sin honestidad intelectual no hay honestidad de ninguna naturaleza. No basta jugarle al pobrecito idealista para que todo se le justifique.
Mientras gobierno y sociedad no superen esa forma de corrupción desperdiciaremos la riqueza que se halla en la pluralidad, y no viviremos en un estado de derecho.
Es el caso de la designación de la señora Rosario Piedra Ibarra para presidir la CNDH. Independientemente de que solo se sabe de ella que es activista, hija de una activista muy respetable, y hermana de un joven vinculado con la guerrilla de hace medio siglo y finalmente desaparecido, los cuestionamientos no se dirigen a sus muchas o pocas prendas personales, sino al procedimiento ilegal y tramposo que la colocó al frente de una de las instituciones fundamentales para la República.
De entrada, la señora Piedra omitió informar al Senado ser miembro del Consejo Nacional de Morena (órgano directivo superior al Comité Ejecutivo de ese partido) lo cual está plenamente probado —reconocido por ella— y la hace inelegible para presidir la CNDH.
Enseguida se dio una votación plagada de irregularidades y fraudes, al grado que ni tomando como buenos los números que publicó por Twitter el senador Ricardo Monreal (coordinador de Morena) se alcanzaron las dos terceras partes de los votos emitidos por los senadores presentes, como lo exige la ley.
Al final, en sesión pública, entre injurias, pancartas y empujones (que fueron definitorios por el número y peso corporal de las senadoras de Morena) y sin la ofrecida “nueva votación para no dejar duda ni sospecha”, la entronizada levantó la mano y dijo: “sí, protesto”. Ahora ¡claro está! muchos protestan, y la Comisión se vació de consejeros con gran trayectoria y dignidad, que repudiaron el atraco.
¿Y el presidente de la República? Primero, durante el proceso y para dirigir la votación, llenó de elogios a la entonces candidata. Después del resultado dijo estar contento, muy contento con su nombramiento. ¡Viva la honestidad valiente! ¡Viva la Transformación de Cuarta!
Procede, a mi entender, denunciarla penalmente por ejercicio indebido de función pública, al engañar al Senado y no “satisfacer todos los requisitos legales” (214 del Código Penal Federal).
P.D. Fue justificado asilar por razones humanitarias a Evo Morales, pues su vida y seguridad corrían riesgo. (Artículo 11 constitucional y Tratados Internacionales vigentes). Es repudiable tratarlo como jefe de Estado, condecorarlo, darle lujos y permitirle que siga en campaña desde México. Los partidos y los ciudadanos podemos darle buena o mala acogida, el gobierno solo asilarlo. ¿No intervención? ¿Autodeterminación de los pueblos? ¡Injerencia grosera y peligrosa del gobierno contra el pueblo de Bolivia y nefasto para México!