Sin pena ni gloria, en octubre pasado acabó la versión mexicana del “Plan Colombia” que EU impuso desde la administración de Felipe Calderón para tener mayor injerencia en nuestra seguridad nacional.
Fue en octubre de 2007 cuando el gobierno de George W. Bush anunció el establecimiento de la Iniciativa Mérida, un acuerdo binacional para combatir al narcotráfico, el crimen organizado y el lavado de dinero.
Es interesante recordar que ese mismo mes se cumplía un año del asesinato del periodista independiente Brad Will mientras cubría las protestas de Oaxaca contra el gobierno priista de Ulises Ruiz Ortiz, por lo que un grupo de legisladores demócratas, como requisito para aprobar la iniciativa republicana, exigieron el esclarecimiento del crimen al gobierno mexicano.
¿Y qué hizo el gobierno de Calderón en colusión con el de Ruiz Ortiz? En lugar de procesar a los policías que realizaron el ataque, detuvieron de manera injusta a un manifestante llamado Juan Manuel Ramírez, creando así un chivo expiatorio que sirvió para cumplir el “requisito” estadunidense.
Con esta aberración nació la Iniciativa Mérida, que durante los años siguientes sirvió, entre otros infortunios, para dar a Genaro García Luna —hoy preso en EU— más poder del que nunca ha tenido un funcionario civil de seguridad en la historia del país, así como también para dar un marco de impunidad a la fallida operación Rápido y Furioso, mediante la cual la ATF proveyó alrededor de 2 mil armas a grupos criminales.
Por si esto fuera poco, la iniciativa no ayudó a bajar el consumo de ninguna droga en estos 13 años, el cual aumentó en ambos países junto con la violencia y el tráfico de armas.
Bajo el nombre de Acuerdo Bicentenario, un nuevo plan está siendo negociado por los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden para entrar en vigor en 2022. Hasta ahora se han firmado dos memorandos: uno para reducir la adicción a las drogas y otro para el control de contenedores portuarios que evite el tráfico de precursores químicos ilegales.
Hay que estar atentos a esta nueva negociación encabezada por el canciller Marcelo Ebrard. México ya no debería padecer otro esquema de “cooperación” tan desastroso como la Iniciativa Mérida.
Diego Enrique Osorno