Policía

El trabajo de los pueblos

BITÁCORA PERIODÍSTICA “EL VIAJE DE LA SEMILLA” / CAPÍTULO XI

La delegación uno del ejército zapatista que se embarcó hacia el viejo continente. ESPECIAL
La delegación uno del ejército zapatista que se embarcóhacia el viejo continente. ESPECIAL

Bueno, pues empezamos a navegar en La Montaña. Para nosotros era como no va a pasar nada, no vamos a sentir nada, porque sí nos habían dicho que nos íbamos a marear, que íbamos a vomitar, entonces, en el momento no empezamos a sentir nada. Era como venir observando, como que el agua ya no la vas a volver a ver, pero ya conforme pasaron las horas, ya empezamos medio a marearnos, no para vomitar, pero a poner mareados por el movimiento, porque mientras más avanzaba, más se ponía más fuerte el movimiento, pero no nos hizo daño.

Igual decíamos que no nos va a hacer daño, todos decíamos eso: no nos va a hacer daño y no tiene por qué hacernos daño, así que viajamos toda esa tarde y en la noche que ya tuvimos que dormir, sentíamos cómo era el movimiento del barco y decíamos, pensemos que es como cuando estábamos en Isla Mujeres, que estaba más calmado, pero no era así. La cosa fue más fuerte pero entre los que veníamos nos animábamos a que no va a pasar nada y luego llegamos entonces a María La Gorda en Cuba.

Ahí nosotros, pues venimos como observando, viendo las cosas nuevas y luego como traemos también ya en la mente qué trabajos vamos a estar haciendo acá en el barco.

***

Yuli es la cuarta mujer zapatista que forma parte del Escuadrón 4-2-1. Cuando el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) la presentó como parte de la fracción marítima de la delegación que viajó a Europa, algunos de los generales que compartió de ella fueron: “37 años. Cumplirá 38 años en mayo, en altamar. Originaria Tojolabal de Selva fronteriza, ahora Tzeltal de la selva Lacandona. Habla la castilla con fluidez. Sabe leer y escribir. Madre de dos criaturas: una niña de 12 años y un niño de 6 años. Su compañero la apoya cuidando a los hijos. Su compa es tzeltal, así que se quieren, pelean y se vuelven a querer en castilla. Experiencia marítima nula”.

Platico con Yuli para mi bitácora tras zarpar de Cienfuegos, rumbo a Punta Rucia, en República Dominicana. “Hace muchos años pertenecí al Caracol que está ubicado en la comunidad de La Realidad, Caracol 1. Ahí fue donde yo estuve trabajando primero como promotora de Educación de mi pueblo, luego, cuando ya había avanzado unos años en la formación de Promotora de Educación, me nombran Formadora de Educación en el mismo Caracol”.

Estuve trabajando unos años igual con los compañeros formadores, luego me casé y mi compañero es de la zona, bueno, en aquel Caracol yo era de la zona tojolabal y me casé con el compa que es de la zona tzeltal y ya me cambié; él pertenecía igual hace unos años al Caracol de La Garrucha, pero cuando viene esto de la formación de los nuevos Caracoles, entonces el que me quedaba más cerca era el Caracol 8 que es Dolores Hidalgo, y a ese pertenezco ahorita, y ya fui nombrada por los pueblos para el trabajo de la delegación marítima, entonces pues ahí ando, hasta aquí ahorita, luego de unos seis meses del trabajo, de cómo planearlo, qué se va a compartir, hacia dónde vamos, entonces, pues este llegó el momento en que nos dijeron que ya había que prepararse para la salida, ya fue que nos decían que teníamos que hacer la cuarentena por todos los procesos que se iban a venir presentando, para que no tuviéramos trabas, porque empezamos a ver igual que con lo de nuestros pasaportes había muchas trabas, pues que tenía que tener uno en orden los papeles, entonces ya fue que nos dijeron que para el día 9 de abril teníamos que estar ya en el Caracol de Morelia para el proceso de la cuarentena.

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Los del Escuadrón 4-2-1 llegamos el 9 hacia el Caracol de Morelia y no teníamos la idea ni contábamos con el recibimiento que nos hicieron ahí. Para nosotros era llegar y que nos encerrábamos y ya. Ya teníamos la explicación de cómo iba a ser adentro, cómo íbamos a estar hasta el día en que teníamos que salir. Y pues en el Semillero la sorpresa para nosotros es de que ahí estaban los compañeros y las compañeras en dos filas en la entrada para recibirnos y para darnos ánimos de que íbamos a hacer el trabajo, porque es el trabajo de ellos el que venimos a hacer, el trabajo de los pueblos. Ya nos bajamos del carro, nos ayudaron con las maletas los compas que llevábamos y entonces ya directito al barco que estaba hecho ahí para nosotros, luego ya después de eso nos habían dicho que nos iban a hacer igual una ceremonia donde nos iban —según sus costumbres de nuestros ancianos— nos iban a hacer una ceremonia y nos hicieron igual una ceremonia al llegar por nuestros compañeros, nos entregaron la bandera, nos dedicaron unas palabras nuestros compañeros de la Junta de Buen Gobierno y ya eso fue, estuvimos ahí durante la cuarentena muy entretenidos, porque ahí adentro estaba la que era nuestra cocina, nuestros baños, nuestro dormitorio, o sea, nosotros no podíamos salir para nada, los que estábamos, los siete que estábamos ya ahí dentro, luego nos pusimos a bordar, a tejer, hacer hamacas, y cada uno fuimos diciendo más o menos qué cosa, qué poquito sabemos hacer para que nos consigueran el material.

Así empezamos a organizarnos entre los siete del modo que tenemos cómo organizarnos: los horarios del desayuno, el pozol, la comida, a qué hora teníamos que estudiar, a qué hora teníamos que empezar con el bordado y si queríamos como compartirnos que uno sabe hacer una cosa, otro otra cosa y así estuvimos durante los catorce días que estuvimos ahí encerrados. Ni nos dimos cuenta cómo pasaron los días, hasta que llegó el día que teníamos que salir otra vez y el 25 de abril igual nos dijeron que nos hacían una ceremonia por nuestros compañeros y pues la mayoría de los compas que estuvieron ahí dándonos ánimos, despidiéndonos y que le echáramos ganas para hacer el trabajo, porque es un trabajo que ellos nos encomendaron que teníamos que venir a hacer y creo que eso fue el 25 por la tarde y otra vez a preparar las maletas y nosotros estuvimos acomodando ahí todo lo que íbamos a traer e ir acomodando lo que ya habíamos hecho, los materiales que teníamos que cargar hasta que llegó el día 26 y el día 26 pues ya fue que tuvimos que salir muy tempranito, y ya en el transcurso del camino también nos preparaban un recibimiento y al mismo tiempo una despedida, porque los compañeros del Caracol de Patria Nueva, pasamos ahí un rato, un instante como a despedirnos de ellos y ya caminamos hacia el Caracol Roberto Barrios, igual llegamos por la tarde y este otra vez otro recibimiento de los compañeros y palabras de las Juntas de Buen Gobierno, de las milicianas y de compas que nos decían también unas palabras y recordarnos como a qué venimos, que si es difícil lo que vamos a venir a hacer, porque para nosotros era una nueva experiencia dentro de nuestro trabajo y ahí estuvimos. Igual nos hicieron la ceremonia al modo que hacen nuestros ancianos allá en Roberto Barrios y entonces estuvimos una noche al siguiente día y luego tuvimos que salir otra vez a hacer otra representación en la selva, que para nosotros era como pedirle permiso a nuestra Madre Tierra, a la naturaleza, a lo que vamos ir a hacer, porque la selva es como representó parte de la vida, del trabajo al que vamos y así volvió a pasar ese día hasta que salimos otra vez el día 28 ya de Chiapas a Yucatán y luego a Isla Mujeres y ahora aquí vamos en este barco haciendo el trabajo. 

(CONTINUARÁ….) 


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Diego Enrique Osorno
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