Ha sido definido el marco de la contienda electoral de 2021. Con su registro oficial, Redes Sociales Progresistas (Elba Esther Gordillo), Fuerza Social por México (Pedro Haces) y Encuentro Solidario (Erick Flores), complementan el ecosistema de partidos gubernamentales integrado también por el PT, Verde y Morena.
Parece claro hasta hoy que estos seis partidos, aunque asumen postulados diversos e incluso contradictorios, convergerán entre sí de manera pragmática, sobre todo en ciertas regiones y estados del país.
No se trata de un frente ideológico, sino de un amasijo de personajes e intereses que comparten en común sus vínculos con la figura del presidente Andrés Manuel López Obrador: una coalición rocambolesca que expresa a su vez el intento del actual gobierno por construir, más que una estructura programática, un andamio tuttifrutti para su consolidación en el poder.
Será por ello que veremos que el próximo año, más allá de Morena, lo que protagonizará los comicios será este polo presidencial integrado por agrupaciones partidistas que se irán desenvolviendo conforme lo vaya dictando la gestión realizada en Palacio Nacional.
En ese mismo tenor, pero en el otro extremo, ha quedado delineado el polo antipresidencial integrado por el PAN, PRD y un sector de empresarios activistas que han engendrado creaturas como Frenaaa y otras menos locuaces pero igual de polarizantes como la reciente campaña “Sí, por México”.
Justo en medio de ambos polos están el PRI, con su poder feudal, y Movimiento Ciudadano, con su fuerza emergente en Nuevo León y Jalisco, sin que ambos partidos parezcan interesados por ahora —quizá por táctica, quizá por desconcierto— en jugar un rol estridente a nivel nacional en el escenario extremista del próximo año.
Lo preocupante es que al haberse debilitado en los últimos tiempos la confianza en los árbitros y mediadores institucionales, el diseño polarizante de los comicios de 2021, implementado estratégicamente por el propio presidente López Obrador y respaldado —consciente o inconscientemente— por el PAN, PRD y empresarios, puede acabar provocando el shock que dé paso a un golpe autoritario de cualquiera de los dos polos que regirán la vida electoral del próximo año.