Información, más información, más información… Pocos pero sustentados adjetivos acompañan la prosa de Los millonarios de la guerra (Grijalbo), de Peniley Ramírez, proeza de investigación periodística a partir de un enfoque original: ¿quiénes se enriquecieron con la demagógica y trágica guerra del narco proclamada por Felipe Calderón?
En este libro centrado en la figura del ya tristemente famoso Genaro García Luna y los poco conocidos empresarios de la famila Weinberg, la periodista documenta estrategias de negocios empleadas para saquear el erario so pretexto de atender un lastre que prevalece: la seguridad pública.
Hay una vasta cantidad de datos biográficos del otrora superpolicía, hoy preso en EU, que son clave:
- Inició espiando al EZLN.
- Wilfrido Robledo lo vinculó con los Weinberg.
- El aún impune asesinato de Juan Pablo de Tavira lo llevó a ocupar su lugar como director de la AFI en el gobierno de Fox.
- Saboteó en 2001 una recaptura del Chapo Guzmán en Nayarit.
- En 2002 ocurrió el primer decomiso de cocaína traficada en trenes de México a EU vinculado con él.
- A Felipe Calderón le divertía platicar con él porque le contaba chismes de la vida privada de los miembros del gabinete obtenidos mediante espionaje oficial.
- No para su enriquecimiento personal, pero es posible que el ex presidente Calderón haya recibido dinero de García Luna para impulsar su proyecto de poder político.
Los documentos y testimonios recopilados y analizados en el libro le dan seriedad a esta denuncia que tampoco ignora la injerencia americana en el tema: “Nos gustaba Genaro porque decía a todo que sí”, le cuenta un ex jefe de la DEA a Peniley.
Para administrar su bonanza económica, García Luna usaba por igual transacciones con el jefe del Estado Mayor de la Policía Federal que créditos del Banco Inbursa o pagarés de la conductora Fernanda Familiar, pero lo principal era el sofisticado esquema financiero armado por los Weinberg, posibles prestanombres de García Luna, aunque oficialmente aparezcan como sus mecenas. Mecenas que sin embargo lo abandonaron en la cárcel de NY.
Queda la sensación de que faltan más revelaciones contundentes de la trama García Luna-Weinberg, pero esta investigación de varios años de Peniley ya sentó las bases de una forma rigurosa y clara de lo que está por venir.
