En una entrega pasada de este espacio, comenté acerca de la relevancia de los modelos de inversión responsable y los importantes pasos que en México se están tomando al respecto. Sobre ello, no puede dejarse ir esta semana sin destacar la estrategia de movilización del financiamiento sostenible (EMFS) que expusieron el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, y el subsecretario Gabriel Yorio el lunes. La presentación convocó a diversos representantes de gobierno e iniciativa privada, como la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena; el secretario de Agricultura, Víctor Villalobos; el subgobernador del Banco de México, Omar Mejía, y los presidentes de la Asociación de Bancos de México (ABM) y de Administradoras de Fondos para el Retiro (Amafore), Julio Carranza y Guillermo Zamarripa, entre otros.
La intención de la EMFS es fortalecer la movilización y orientación del financiamiento hacia proyectos que generen impacto positivo en materia social y medioambiental, contribuyendo a cerrar la brecha para lograr los objetivos de desarrollo sostenible de México.
El potencial identificado por la EMFS no es menor: movilizar 15 billones de pesos entre hoy y 2030, lo que equivale a 46% del PIB. La EMFS se basa en tres pilares: a) gestión financiera publica sostenible, para incorporar la sostenibilidad en la planificación y administración de los recursos públicos, b) movilización de financiamiento sostenible y acciones transversales, para intensificar el financiamiento de fuentes alternativas y fortalecer la visión sostenible en las entidades del sistema financiero y, por último, c) acciones transversales enfocadas en promover la igualdad de género y en asegurar la implementación eficaz de la estrategia.
Un punto importante es el relativo al papel potencial de las afores, mismas que, como sector, se han convertido en el inversionista de largo plazo más importante del país. Al respecto se enfatiza que las comisiones reguladoras también han mostrado un compromiso activo hacia la sostenibilidad, por ejemplo, Consar ha reformado sus directrices para incluir desde 2022 factores Ambientales, Sociales y de Gobernanza en las estrategias de inversión de los fondos.
Al cierre de 2022, el monto de financiamiento de las afores en Bonos Etiquetados (Verdes, Sostenibles, Sociales, etc.) ascendió a 110 mil 405 mdp. A través de este tipo de inversiones las afores pueden ayudar a generar porcentajes de capacidad instalada de energía eléctrica sustentable, apoyar la construcción de carreteras y calles pavimentadas y favorecer la generación de millones de empleos; son algunos ejemplos de beneficios de sus inversiones responsables. Además pueden convertirse en promotores de la equidad de género y la igualdad de oportunidades en las afores y en empresas financiadas.
Como decíamos en la entrega anterior sobre este tema, el financiamiento sostenible es un ámbito en donde México ha mostrado avances importantes en los últimos años, pero tiene aún mucho potencial por explotar. Políticas como la EMFS son un paso correcto en esa dirección.