Señoras y señores, después de los bodrios de “clásicos” y la paliza que le propinaron al Puebla el fin de semana pasado, en la antesala de una insípida fecha FIFA que servirá como debut del entrenador de la Selección Mexicana de Futbol, bien vale la pena darnos un respiro y voltear a ver lo que han logrado dos deportes que pusieron muy en alto el nombre de México: el beisbol y el automovilismo.
La brillante participación del equipo de Benjamín Gil en el Clásico Mundial de Beisbol y el carrerón de Sergio ‘Checo’ Pérez en la Fórmula Uno, le han dejado la vara alta, altísima, inalcanzable “al equipo de todos” que se va a enfrentar a las poderosísimas Surinam y Jamaica.
La desafección que ha alcanzado la Selección Mexicana de Futbol, es inversamente proporcional al orgullo que nos han hecho sentir en los últimos días el equipo de beisbol y el piloto tapatío.
El guiño de estos deportes al aficionado mexicano, contrasta con las constantes bofetadas del “pambol” a sus abnegados devotos.
Y no hay que ir muy lejos. Apenas el viernes pasado, después de hacer el ridículo ante el Atlas, el director técnico del Puebla, Eduardo Arce, salió a espetar a su propia afición sobre la “falta de compromiso” de algún sector de la misma.
Lo poco, por no decir lo único bueno que le queda al Puebla es precisamente su afición. Al señor Arce no le conviene darle de patadas al pesebre, no está en condiciones de hacerlo, su credibilidad y la del club están en bancarrota.
Con la Selección Mexicana ocurre algo muy parecido. Después de fracasar miserablemente en el mundial, cuando los aficionados esperaban un cambio verdadero y de raíz, los jerarcas imponen como entrenador a Diego Cocca y en el esquema burocrático en torno a la Federación, a personajes ligados a la entente Azcárraga-Orlegi-Salinas-Hank.
O sea: pan con lo mismo.
Encima de la desconexión que existe en estos momentos entre afición y equipo, el debut es ante sinodales que no implican mayor dificultad en un torneo de poca monta, que en el colmo de la dicha, México “no tiene la obligación” de ganar, en palabras textuales del propio presidente de Selecciones Nacionales, Rodrigo Ares de Parga.
Quizá por ello, Cocca dejó en México a la base del plantel y encara con algunas caras nuevas el partido de esta tarde en Surinam.
Todo esto podría ser el detonante para modificar un poco nuestros hábitos de consumo deportivo, pero eso no ocurrirá porque lamentablemente en México no tenemos la cultura deportiva de algunos países sudamericanos, europeos y los Estados Unidos, donde suele haber un deporte preponderante, pero una afición conocedora y bien distribuida en otras disciplinas.
En nuestro país es un círculo vicioso: los aficionados piden futbol, los medios sólo hablamos de futbol y las marcas buscan preferentemente el balompié.
A veces, sólo a veces, pienso que todos tenemos el futbol y el deporte que nos merecemos.