Esta es mi última columna de este 2023 lector mío, por ende la reflexión tiene lugar en estas líneas.
Estamos cerrando un año de claroscuros por donde le quiera usted ver, en términos sociales quizá la escalada en materia de inseguridad y que no se le ve fin para el año entrante, es sin duda el aspecto más relevante que deberá atender el gobierno para un mejor desarrollo de nuestras vidas.
En lo que respecta al bolsillo, a los dineros pues, la cosa cierra bien, todo indica que se cierra con dinamismo y no habrá caída en la economía, se está creciendo, menos de lo esperado, pero creciendo, con un dólar debajo de los 17 pesos de acuerdo con las cifras que maneja el Banco de México tenemos hoy un peso fuerte frente al panorama internacional.
Con lo anterior los inicios del 2024 muestran que habrá un mercado laboral sólido, un fuerte consumo interno y mucha actividad con los Estados Unidos, aunque no podemos olvidar que habrá elecciones internacionales, conflictos en Ucrania y Palestina que continuarán afectando seguramente los mercados, el costo del petróleo y varios aspectos más, así que, con buena cara, pero con reservas.
A nivel político, ¿qué le digo? Cabecita de algodón empieza su último año de gobierno de este sexenio y el evento más llamativo, relevante y mediático será el de las elecciones que tendremos, no es cosa menor, ya que se elegirán ocho gubernaturas, 31 congresos estatales, 16 alcaldías junto con la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y por supuesto, a nuestra próxima presidente, tendremos a la primera mujer en la historia moderna dirigiendo a nuestro país.
En fin, este año que viene seguro para muchos, los que ven el vaso medio vacío, será un lugar repleto de pesimismo, problemas y lucha cotidiana por sobrevivir, respeto su opinión, pero yo quiero verlo más como un año de transformación lleno de oportunidades para crecer y generar buenas perspectivas de vida.
Disfrute la celebración de mañana por la noche y que venga un buen 2024.