Siguiendo con la columna de la semana pasada, no podía dejar pasar esta campaña de nuestra Secretaría de Turismo, sobre todo ahora que estamos terminando la Semana Mayor, una de las tradiciones más ancestrales que el mundo religioso tiene, la conmemoración anual cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
Me resulta bien irónico ver como en un país que se dice en más de 80 por ciento católico, no se respetan las tradiciones que la Semana Santa dicta, que son de mesura y reflexión de nuestras acciones, la mayoría del mexicano católico usa estos días para vacacionar, aprovecha este tiempo para salir de su ciudad y efectuar actividades de esparcimiento, así que la gente no guarda estos días como su religión lo indica, muy por el contrario, aprovechan para “disfrutar y relajarse”.
Comento esto porque nuestro estado como la mayoría de los destinos cercanos a la Ciudad de México, tiene en estos días un incremento en ganancias turísticas de mucha consideración, ya que se presenta una enorme afluencia de turismo de la CdMx que se mueve entre sus múltiples carreteras y destinos.
Son los de a pie, los que llegan en autobuses de línea, los que viajan en autos compactos y camionetas de más de una década de antigüedad, los que literalmente “juntan su dinerito” para poder disfrutar de uno o dos días por acá y que gastan poco en promedio.
Pero ellos son en verdad los que hacen que estas tierras se vuelvan un vergel para todos sus empresarios, ya que es por volumen de afluencia que sus arcas se llenan, entre más gente venga, más facturan.
Aquí el prestador de servicio tendrá que hacer su parte (no su agosto, que quede claro), dando un servicio a la altura y con calidad para reforzar a Hidalgo como un destino no tan solo de turismo doméstico si no también receptivo.
Un acierto para doña Liz Quintanar, así que espero que, al cierre de esta época vacacional, los números beneficien a nuestros prestadores de servicios, ya que mucha falta les hace.
