Con el drama mediático que se hizo del supuesto “gasolinazo” ha salido a relucir la tan mentada cuesta de enero que año con año a millones de mexicanos afecta.
Primero aclaremos, la gasolina sí subió, eso sí, no como muchos medios mencionaron que según fue más del 25%, creando una especie de caos mal informado (quiero pensar que sin dolo) por no revisar primero bien que pasó; la cosa es que fue una exhibida medio fea ante una sociedad cada vez más polarizada políticamente, los de derecha que son los menos y los de izquierda que siguen creciendo, en fin, que la cosa se puso intensa.
Y se puso intensa porque muchos entraron en pánico con ese tema y los llevó a la reflexión de cómo manejar sus dineros en este año electoral.
Todos sabemos que año con año en este nuestro México, el gobierno realiza ajustes inflacionarios, lo que afecta por obviedad a los precios de productos y servicios, pero también al pago de derechos y de impuestos y en esto último es donde nos pasan a torcer, como buenos mexicanos a finales del año anterior muchos gastaron más de lo que podían pagar, provocando que en este mes de inicio de año simplemente o no les alcance o se las estén viendo negras para cubrir sus pendientes, a esto se le llama la cuesta de enero.
Predial y tenencia del carro son al menos dos de los impuestos que más dolor de cabeza generan, a eso súmele la falta de priorización de gastos y la acumulación de deudas, y tiene usted el caldo de cultivo perfecto para estar estresado porque no sabe cómo salir de deudas. Así que lo invito encarecidamente a cuidar su patrimonio y su ingreso, no haga gastos innecesarios como cosas que no necesita, su celular bien puede aguantar un año más, gastos que ni enterado está que los hace como la renovación automática para su plataforma de “streaming” preferida, o el mejor de todos, el gasto de su tarjeta de crédito a un engañoso meses sin intereses. Evite terminar haciendo fila en alguna casa de empeño, identifique, enfóquese y pague.
