Política

Javier Milei y Xóchitl Gálvez

  • Mirada Latinoamericana
  • Javier Milei y Xóchitl Gálvez
  • Daniela Pacheco

Después de que asegurara de que con Javier Milei “soplan vientos de cambio en América Latina”, Xóchitl Gálvez se deslindó de sus declaraciones y aseguró que no comparte puntos de vista con el presidente electo.

“Yo no soy una mujer casada con una agenda de ultraderecha, yo soy una mujer de libertades”, señalaba Gálvez hasta hace unas semanas, pero hace tan sólo unos días calificaba de “histórica” la elección de un ultraderechista que amenaza todas las libertades y los derechos más básicos del pueblo argentino.

La mujer que se dice de izquierda y defensora de las causas sociales se sumó a voces como las de Eduardo Verástegui, Ricardo Salinas Pliego, Claudio X. González, Vicente Fox y la de Lilly Téllez, las voces de toda la derecha mexicana, que aplaudieron el ascenso del ultralibertario, y de otras internacionales y no menos vergonzosas como la de Jair Bolsonaro y la de Santiago Abascal, presidente de Vox, en España.

La contradictoria Xóchitl siempre va atropellándose e intentando hacer control de daños minutos después. Insiste en ser daltónica frente a los colores partidarios, pero es el oportunismo su principal guía. En la noche del domingo le pareció oportuno electoralmente hacerle un guiño al electorado mexicano más conservador y se puso su traje más panista. “La defensora de la libertad y de la igualdad de oportunidades” en México, entregada al libertarismo de Javier Milei. Posteriormente, frente a las críticas, algunos de sus voceros salieron a defenderla, pero no fue suficiente; la propia Gálvez tuvo que salir a desmentirse.

Una entendería que la angustiante y asfixiante situación económica haya habilitado un discurso tan radical para el pueblo argentino y que se haya decantado por un cambio de liderazgo, sea cual fuere, y que nada tiene que ver con la derechización de su gente o su renuncia a los derechos conquistados durante las últimas décadas. Un político o una política medianamente informada, que se dice de izquierda, lo entendería muy fácilmente. Aplaudir desde afuera a un negacionista de la dictadura; que busca dinamitar la economía; que no cree en los derechos de la mujer; que se cree moral y estéticamente superior; que convertirá los derechos del pueblo argentino en un negocio privado; que no cree en el Estado, es por lo menos, vergonzoso y repudiable.

Tampoco es que nos sorprenda. El chapulineo ideológico es lo suyo. Hace unas semanas había participado en la Cumbre del Grupo Libertad y Democracia, que organiza la ultraderecha latinoamericana en Buenos Aires, Argentina, y en el que ni siquiera pudo llamar a Mauricio Macri por su nombre.

El triunfo de Milei ha sacado a varios fachos de clóset en toda América Latina y México no es la excepción. Lástima que para las y los votantes de Xóchitl Gálvez su falta de convicciones y su descarado oportunismo no signifiquen banderas rojas.

@DanielaPachecoM


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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