Ante el desplazamiento de los delegados por parte del gobierno electo, se antoja que los coordinadores estatales en Coahuila y Durango le impriman a la política a través de los programas, un nuevo significado de coordinación y acercamiento con el ciudadano que vive y muere en un espacio llamado municipio. El ciudadano debe ser el epicentro neurálgico de la política.
¿Qué es lo que sigue?
Conocer el alcance del modelo de relaciones intergubernamentales, así como su protocolo y dinámica operativa de colaboración centro-periferia donde a los municipios no se les vea como la plataforma hacedora de votos, sino que se construya ciudadanía en torno a las redes las cuales, son parte de un cambio sustantivo de la participación social del ciudadano en la política.
Y es que, si atendemos al llamado de los teóricos de que “todos gobernamos”, (toda política afecta o beneficia al ciudadano), las nuevas formas de participación social definirán las nuevas formas de hacer política, donde el tejido mismo de la sociedad se integra a través de las redes las cuales han venido a modificar la relación en la comunicación política con el ciudadano.
De lo más elemental a lo más estratégico, con agendas específicas y mecanismos de control y seguimiento transparentes apoyados con las nuevas tecnologías, deberá ser el reto de los nuevos coordinadores de tal forma que respondan a una suerte de buen gobierno con funcionarios experimentados y capaces, desterrando el compadrazgo y el influyentísimo.
Pero para que todo esto suceda en el imaginario de muchos, habrá que cambiar muchas leyes, decretos, acuerdos y todo el andamiaje normativo ajeno a la política actual. El nuevo gobierno promete paradigmáticamente cambiar la forma de hacer política, pero sea el modelo que sea, el añejo o el regeneracionista, debe cambiar lo que el ciudadano en las urnas rechazo: corrupción, nepotismo, ineficiencia, incapacidad y un largo etcétera que Reyes Flores Hurtado y, Enrique Novelo deberán tener muy en cuenta…
@cuauhtecarmona