Seis Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación encabezados por su presidente Arturo Saldívar merecen reconocimiento en una nueva época judicial. Entender al poder soberano del ciudadano ha sido un ejercicio inédito en la Corte.
Acá los que mandamos y allá los que obedecen hizo eco en la mayoría de Los ministros. Un gesto valiente.
Atrás quedaron los tiempos de sordera y falta de tacto de pasar por alto la voluntad del pueblo.
En tiempos de aciago la “anosmia política” (esa pérdida de olfato de quienes nos han gobernado), ha transitado de un estado de legalidad a un estado constitucional de derecho.
Como abogado percibí que el ejercicio dialectico entre nuestros máximos juzgadores del país estuvo lleno de luces y claroscuros donde el argumento central no era si se debía preguntar lo qué es obvio, pues de manera tautológica se limitaron a expresar cual axioma perogrullesco que ley no se consulta.
Claro que no se consulta.
El fondo aquí fue sí se debe o no juzgar a los expresidentes en un país donde el ejercicio del poder, respecto a juzgar conductas (respetando la presunción de inocencia), está restringido solo al ciudadano común y corriente, donde los expresidentes han sido intocables.
La democracia forzosamente exige que todas las estructuras inmóviles que no atienden el reclamo social se cambien y transformen donde los cambios sociales y políticos son el basal para que todos los poderes de la unión atiendan el reclamo y las exigencias de un ciudadano critico y ávido de justicia.
El hartazgo que llevó a MORENA tiene que tomar cauce institucional.
Quienes de manera hipócrita se rasgan las vestiduras por la decisión de seis ministros de la SCJN, se equivocan de forma irresponsable pues no están atendiendo los derechos, las obligaciones y las libertades de quienes exigimos nuevos horizontes en el derecho en México, donde la justicia y legalidad vayan de la mano en un sistema de justicia -parafraseando a Monseñor Romero-, que “sólo muerde a los descalzos” cual serpientes.
Los poderes de la Unión estuvieron acostumbrados a sólo hablar.
Se les olvidó que hay una masa que escucha y es parlante para preguntar lo que, para muchos podría parecer obvio y eso no se puede soslayar.
La mayoría de los mexicanos desean que no haya intocables salvo quienes están a favor del antiguo régimen. A ellos se les recomienda no comer ansias pues en el 2022 vendrá la revocación de mandato.
Por cierto, un derecho a preguntar si seguimos como antes o abrazamos la transformación.
@CUAHTECARMONA