Participé en la marcha de ayer en conmemoración de los cuatro años de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador en la Ciudad de México y sin duda ha sido la más grande que se ha organizado en el País.
Tres palabras han taladrado mi mente para definir la experiencia de ayer que sin duda fortalecen a la 4T y a los cambios que ha emprendido MORENA a pesar de la oposición adoradora del viejo régimen.
Y esas palabras son: Infalible, irreversible y apoteósica.
Palabras claves que definen para mí ideas y conceptos que de manera breve haré referencia, pues la experiencia de la marcha de ayer sin pecar de exagerado transita al campo de la fenomenología que estudia a las masas y al comportamiento social que no escapa para mi reflexión semanal.
Veamos:
¿Por qué infalible?
La marcha de ayer fue segura. No hubo margen para el error o espacio para la improvisación de salir sin convocatoria o, con una participación apagada.
El Presidente volvió a salir a las calles como siempre lo hizo. Antes como luchador social, hoy como presidente de la República al lado del pueblo.
Un gesto inédito de caminar codo a codo con la gente y con quienes estuvieron hartos de la corrupción, de la desfachatez y de los malos gobiernos donde la generación podrida de gobernadores del PRI dinamitó la paciencia de los ciudadanos consientes que los hacían pasar por idiotas.
¿Por qué irreversible?
La marcha de ayer superó cualquier ejercicio parecido y esto se debió al apoyo ciudadano que ha venido en aumento a AMLO.
El movimiento crece sin condición para dar reversa a pesar del argumento de que la aceptación del presidente viene a la baja.
Todo lo contrario. No hay reversa y la cuarta transformación llegó para quedarse. Desde Cancún hasta los Cabos y jalando que se ocupa.
¿Por qué apoteósica?
Porque el entusiasmo fue tanto que la alegría y gozo invadieron a todos quienes marchamos con música, consignas y vivas a la transformación contra la oposición desorientada e infeliz que descalificó la marcha antes de tiempo.
Esta fue todo un éxito y hablando de comportamiento muy gozosa, pues nos llevó a los participantes casi al paroxismo.
Una marcha ligera, sin poses y donde todas las clases sociales convivieron sin importar el color de piel a pesar que la mayoría somos morenos y para algunos “nacos”.
Un evento contagioso por una colectividad que se resuelve contra el viejo régimen y a favor de la cuarta transformación. Movimiento infalible e irreversible como la marcha de ayer.
Para terminar destaco la polarización como lo he sostenido en mis reflexiones pasadas. No hay espacio para apoyar a medias al presidente López Obrador con matices de oportunismo o con singularidades.
Estamos o no estamos con la 4T que se anuncia infalible e irreversible con notas de apoteosis, la misma que provoca la alegría y el entusiasmo de participar en el lado correcto de la historia donde el canto de protesta me recuerda: “No nos moverán…”.
@CUAUHTECARMONA