El conflicto es inherente al quehacer político. Cualquier actor que lo evada en el ejercicio del poder en tiempos de la 4T está desubicado.
Si algo ha hecho el movimiento encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador es sacudir las estructuras del viejo régimen donde el Poder Judicial de la Federación (PJF), no está al margen.
Sin embargo hay conflictos naturales y otros que apestan a corrupción.
Algunos defensores de la “intocabilidad” como eufemísticamente le llaman a la “autonomía”, están irritados e iracundos. Algunos Ministros y Jueces de Distrito rechazan una reforma profunda al Sistema Judicial en su conjunto.
La infalibilidad con la que se manejan (la mayoría), los vuelve infalibles pero son inefables…
La decadencia moral y política de los sexenios anteriores no se podría entender sin la anuencia del Poder Judicial. Un poder que fue cómplice de atropellos, corruptelas y de supeditación a los grandes mafiosos del poder.
Ante un cambio paradigmático de régimen y, ante el combate frontal a la corrupción para continuar con los cambios estructurales encabezados por Morena, el ex ministro Arturo Zaldívar integrante del equipo de Claudia Sheinbaum es atacado de forma artera y ruin desde el anonimato con denuncias que la Ministra Norma Piña ha instruido se investiguen.
El Poder Judicial de la Federación (PJF), requiere cambios profundos. Con la llegada de Claudia Sheinbaum no me queda duda van a llegar. Ante un cambio anunciado, no encuentran como descarrilar a Zaldívar.
La candidata Xóchitl Gálvez no levanta.
El título de esta reflexión a propósito de estar ordenando algunos libros donde me topé:
“Filosofía del Olfato”, de Chantal Jaquet que hace un recorrido por los olores y el olfato desde una perspectiva filosófica, donde la nariz es el canal principal para entender lo inmoral, lo engañoso o lo podrido entre muchos otros temas. Mañana hay que festejar el día internacional del libro.
El estudio del olfato y de los olores ha estado siempre vinculado a las ciencias biológicas y a las físicas.
Hoy en día no podemos negar que también lo podemos relacionar a la política.
No necesitamos tener olfato de tiburón para darnos cuenta que la campaña contra Zaldivar está saliendo del drenaje (baños), de algunos integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
En política lo que se “huele” nos da orientación y sentido a muchas cosas.
Este que escribe en su momento denunció a un Magistrado de Circuito y a su Secretario proyectista por omisos, descuidados e inaplicados en el arte de decidir sobre un amparo que protegía mis garantías y derechos constitucionales.
Presenté pruebas y constancias que los inhabilitaba.
Sin embargo no prosperó porque entre ellos se protegen y coluden.
El área de disciplina del Consejo de la Judicatura Federal para mí es una vacilada. Y a las pruebas me remito…
El cambio de régimen superado por la alternancia del decenio de los años dos mil, ha propagado dos cambios sustantivos que siguen poniendo en crisis al “establishment” de la clase política del pasado donde el ex ministro Zaldívar desde su constructo teórico y empírico es la voz autorizada de la transformación para orientar el aseo al Poder Judicial de la Federación.
Conoce sus entrañas, conoce su drenaje.
En tiempos electorales todos tomamos partido. Estamos expectantes y críticos.
Las redes sociales (benditas redes), desnudan al político y a la política donde nada queda oculto. Incluyendo denuncias anónimas filtradas para perjudicar a los actores principales de la campaña de Morena. ¡Esto apesta!
Estamos ante una polarización social sin antecedentes.
El conflicto lo va a dirimir el pueblo (en su papel de poder soberano), en las próximas elecciones.
Solo hay dos opciones:
Seguir con la transformación y continuar con el cambio o, regresar al pasado donde los intocables y protegidos continúen con olor al pasado (viejo), inseguridad y corrupción protegidos por un Sistema Judicial Federal que requiere mucho aseo. Con ácido y perfumes…