Política

Días santos y los hijos de Puta

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  • Cuauhtémoc Carmona Álvarez

Las tres grandes religiones del mundo (islam, judaísmo y cristianismo), en abril coinciden en celebraciones donde la reflexión y el gozo son el centro de la fiesta. 

El Pesaj, Ramadán y la Semana Santa en tiempos de pandemia abren una vez más el espacio para la reflexión desde la conciencia y contra todos los males.

La realidad que se cruza con los postulados proféticos de regresar a los principios básicos de las religiones semitas (sin tanto fundamentalismo y doctrina), como hacer el bien, dar de comer al hambriento, amar al prójimo, socorrer al enfermo, etc., nos invitan a la reflexión en tiempos aciagos y de incertidumbre. 

Hasta para los agoreros del apocalipsis. Por ejemplo, esos que cuentan los muertos por COVID con cierta fascinación macabra.

Para los cristianos, este tiempo nos abre el techo para recordar la vida de Jesucristo en diversos momentos de su vida pública. 

Desde su procesamiento injusto por la traición de Judas en una comunidad política (apóstoles), hasta la pascua donde Jesús vence a la muerte y a los “hijos de puta”, parafraseando el título de la obra de Marcelino Cereijido quien estudia la maldad desde la biología (hijoputez).

Tratar de comprender las causas de aquellos que disfrutan hacer daño al prójimo ha sido un gran reto desde la perspectiva genética para el Maestro Cereijido. 

Vale la pena recordarlo en estos tiempos donde los Judas (que se lavan las manos con frecuencia), deambulan como si nada en la arena política sin remordimiento omitiendo el bien. Moralmente derrotados…

Así entonces la maldad se puede explicar desde distintos contextos. No nada más desde la biología. 

En el derecho la más grande de las infamias contra algún personaje en la historia universal ha sido contra Jesús, el carpintero de Nazareth.

El Maestro Ignacio Burgoa en el “Proceso de Cristo”, nos recuerda que el juicio contra el defensor de los pobres y desprotegidos según los evangelios estuvo plagado de irregularidades. 

Los hijos de magdalena –aquella que querían apedrear los hipócritas por puta-, fueron los mismos que condenaron a Jesús indebidamente por dos vías. 

Por la ley hebrea y por la romana violentando en todo momento el principio de congruencia y de la legalidad.

En estas fechas donde hacemos un alto para la reflexión y balance con la carga de los tiempos pandémicos, es momento especial para replantear nuestra misión y función social en comunidad.

El panorama gris y fatalista donde algunos se han quedado instalados es contraproducente a la esperanza y a la resurrección. La Cruz es solo un signo que invita a la reflexión. 

El cambio transformador debe ser el fuego nuevo contra el mal y los hijos de puta. 

Tiempos de cambio, de polarización y defenestrar al viejo régimen. Resucitar con el fuego nuevo que destruye el mal por el bien.


@cuauhtemocarmona

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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