El nepotismo de manera muy sucinta lo podemos definir como la conducta de alguien (con poder), para beneficiar o favorecer con un puesto o cargo a un familiar consanguíneo o político, amigo, amante o a cualquier ente que sea susceptible de recibir un puesto.
Por otro lado, el Moreirato es uno de los episodios más obscuros de la política mexicana cuando un gobernador le entregó la candidatura a su hermano.
El buque insignia del nepotismo en México en el viejo régimen priista.
Y para referirnos al Moreirato tenemos forzosamente que ubicarnos a finales del año 2 mil en manos de aquel Presidente que al final de su sexenio reconoció que hablaba puras pendejadas.
Me refiero a Vicente Fox que de vez en cuando lo sigue haciendo, pero con más ahínco y vehemencia. Sobre todo, cuando se refiere a la cuarta transformación. Pero esas, esas son otras historias.
Los hermanos Moreira (Humberto y Rubén Moreira), tuvieron una gran aliada como lo señalé en mi entrega pasada.
Me refiero a la Maestra Elba Esther Gordillo, la más influyente y poderosa líder de los maestros que traicionó al PRI.
Una vez estando FOX en la presidencia, la maestra influyó en el gobierno de forma muy decidida en la Secretaria de Educación Pública (SEP), en la Lotería Nacional y en el ISSSTE, por mencionar algunos espacios, además, imponiendo candidatos que después se convirtieron en gobernadores abanderados por todos los partidos.
La prostitución política partidista estaba en todo su apogeo.
Enrique Martínez y Martínez terminaba su sexenio como gobernador de Coahuila (sin deuda en ese momento), y los priistas democráticos nada pudieron hacer contra la influencia de la maestra que impuso a uno de sus huestes magisteriales para la campaña que se avecinaba, me refiero a Humberto Moreira que resultó ser un chiste de gobernador.
Eso sí, era muy bueno para bailar estilo “chúntaro” con gracia y desparpajo.
El PRI con un segundo aire de fortaleza y unidad entre la generación podrida de gobernadores, en el año 2011 coloca a Rubén Moreira como su candidato con la operación de su hermano Humberto, pues este era un político hábil y mañoso con el apoyo magisterial.
No hubo impedimento dentro del PRI ni en el INE para que detuvieran ese atropello en contra de la militancia y justicia partidista tricolor en Coahuila con apoyo de los arrastrados del partido.
Y sucedió lo que nadie en un contexto democrático y pluralista podía imaginarse. El gobernador le entregó el cargo de gobernador a su hermano.
El surrealismo político mexicano en su máxima expresión. Empezaría la consolidación del “moreirato” y el nepotismo de los impresentables priistas.
Viene a mi recuerdo López Portillo que sentía satisfacción por otorgar cargos a sus familiares y yernos.
Cuando le preguntaban sobre el papel de su hijo en el gabinete ampliado, sostenía que era “orgullo de su nepotismo”.
Rubén Moreira disfrutó el regreso del PRI a la Presidencia y termina por romper con su hermano que le dio la candidatura.
Detrás de este rompimiento hay historias de traición y pleito.
Las prácticas de nepotismo deben desalentarse y a través del derecho impedirlas en todos los institutos políticos.
Así como existe el conflicto de intereses cuando un servidor público es parcial o no se abstiene de intervenir en algún asunto que le vincule, así también debe haber impedimento para evitar que los políticos favorezcan a familiares, amigos, compadres y demás seres vivientes con gracias especiales…
No más Moreiratos, no más nepotismos…
@cuauhtecarmona