Política

Cuaresma sin cuarentenas

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  • Cuaresma sin cuarentenas
  • Cuauhtémoc Carmona Álvarez

Casualmente el evangelio del día de hoy hace referencia a los cuarenta días que Jesús estuvo en el desierto orando antes de terminar su vida pública. 

Y en ese sentido, el pasado miércoles los católicos celebramos el miércoles de ceniza como el tiempo especial para llegar a la fiesta más importante del cristianismo: La semana santa.

De ahí el termino de cuaresma (cuarentena), que tiene un sabor especial en tiempos de post pandemia. 

En el fondo queramos o no, este tiempo ha sido como una cuaresma para todos donde los semáforos epidemiológicos determinaron nuestras conductas antisociales. 

Y no me refiero en términos de seguridad, sino de la convivencia e integración social la cual se perdió y urge recuperarla de forma ordenada.

No sabemos las secuelas del confinamiento y de las cuarentenas prolongadas. 

Sin embargo en el fondo sabemos que no son buenas pues los humanos somos gregarios por naturaleza aunque algunos de manera deshonesta o enfermiza, se han atrincherado y aprovechado para poner pretextos a la responsabilidad para trabajar menos o, no trabajar. 

Pero esas, esas son otras historias…

En Medicina el término cuarentena viene de la peste negra donde las embarcaciones eran aisladas durante cuarenta días. 

El consejo hipocrático: “Cito, longefugeas, tarde redeas” (huye rápido y lejos, regresa tarde), eran las recomendaciones para enfrentar el contagio.

El distanciamiento entonces estaba prescrito desde los tiempos de Matusalén. 

Ya en el libro de los Números se habla también de las cuarentenas en torno al contagio de la lepra.

Pareciera cíclico que las historias siempre se repiten y hoy tenemos la oportunidad de aspirar con espíritu recuperado a contar mejores historias donde los estados de convivencia y paz, deben imperar. 

Sin embargo aún desconocemos el daño que causó tanto confinamiento y “cuarentenas” en la salud mental de los mexicanos. De lo que si estoy convencido es que la alegría va con la fiesta y no con la depresión. Tenemos que recuperar la fiesta…

Hago votos porque en estas fechas abramos la oportunidad (católicos, ateos o cuaqueros), para la reflexión y el balance para replantear nuestra misión y función social aunque a veces todo parezca obscuro y gris y donde la fe, nos abra la oportunidad a que la esperanza debe mantenerse viva, en nuestra familia, sociedad, política, etc., días que sirvan para replantear padecer una Cruz o Resucitar en un cambio transformador en cuaresma sin cuarentenas.


@CUAUHTECARMONA

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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