La violencia en contra de las mujeres es una realidad que indigna, un crimen que destruye, una tragedia que no sólo daña a sus víctimas directas, sino que fractura a las comunidades y debilita a toda la sociedad.
No hay pretexto. No hay disfraz ni justificación que oculte esta dolorosa tragedia, que se repite en todo el país y de la que en nuestro estado no somos ajenos. Hoy, de cara a las víctimas, a la sociedad y a la historia, los guanajuatenses reconocemos el problema, con esa contundencia y con esa claridad, porque la gravedad de la situación así lo exige.
También corresponde exigir a todas las instituciones que hagan su trabajo de la mejor manera, para que no queden impunes los casos de violencia contra las mujeres, que llegan, incluso, al extremo del feminicidio.
Cada agresor que permanece sin sentencia y sin castigo envía al resto de la sociedad una señal de corrupción y de ineficacia de todo el sistema político, legislativo, institucional y social de nuestro país, alimentando un círculo vicioso que ahoga a todo México.
Cada nuevo caso de una mujer víctima de la violencia envía al resto de la sociedad una señal de dolor e incluso de desesperanza, ante la falta de empatía y de protección por parte de las instituciones y de la propia sociedad.
Desde Guanajuato quisiéramos decir que ya está todo hecho, pero no podemos auto engañarnos; queda mucho por hacer y debemos hacerlo juntos: todos los niveles de gobierno, todos los poderes, todos los partidos, todos los servidores públicos, mujeres y hombres por igual, en esta convicción que trasciende colores, ubicaciones ideológicas y coyunturas políticas.
Prevengamos la violencia, respaldemos a las víctimas, sancionemos a los agresores; consolidemos un país donde quede plenamente claro que la vida, los derechos y la tranquilidad de las mujeres se respetan, sí o sí, desde el primer momento y hasta el final de su vida. No podemos conformarnos con nada menos que eso.
Perseveremos, por cada víctima que ya ha sufrido la violencia y por cada niña y mujer en Guanajuato y en todo el país, para que nadie más sufra agresiones; para que la tranquilidad se recupere plenamente, empezando por los hogares; para que Guanajuato y México entero avancen plenamente, con el respaldo de todos sus hombres y de todas sus mujeres, hacia un futuro mejor.