“No trae nada, es muy joven, torpe, superficial. Es frívolo, rústico, básico, solo quiere dividir a la oposición, su mujer es la que arrastra…”, y decenas de adjetivos y descalificativos más le adjudican sus críticos a Samuel García, el precandidato presidencial de Movimiento Ciudadano.
Todas las encuestas presidenciales desde hace más de un año lo colocan en el arrancadero con distintos porcentajes, generalmente bajos comparados con las corcholatas morenistas de entonces.
Samuel Alejandro García Sepúlveda tiene 35 años de edad y el próximo 28 de diciembre cumplirá los 36 y a su corta edad ya ha sido Senador de la República y Gobernador de Nuevo León, casi nada, uno de los estados motores de la economía nacional.
Sus detractores se confían al creer que nadie votará por el regio al considerarlo un político no preparado para la Presidencia, que es un joven hueco y sin proyecto que ganó la gubernatura por la simpatía de su esposa y destacadísima influencer Mariana Rodríguez Cantú, pero la realidad es que Samuel ha remontado procesos electorales adversos y convencido a ciudadanos de distintos estratos socioeconómicos.
Su especialidad es aparentar no traer nada y quedarse con lo que se propone. Sus supuestos “derrapes” en redes con toques misóginos y de niño rico le han rendido más frutos que fracasos y la selección de su ahora esposa no deja dudas que tiene una visión política muy aguzada para los tiempos actuales en los que predomina la tecnología y la comunicación digital.
Casi nadie apostaba a que Samuel ganaría Nuevo León en 2021 ante candidatos muy experimentados y muy maleados como Adrián de la Garza, quien contendió por la alianza PRI-PRD o como Clara Luz Flores, de la coalición conformada entonces por Morena, Partido del Trabajo y Partido Verde, y hasta el panista Fernando Larrazábal. Todos eran pesos pesados ante un “débil” Samuelito.
En ese proceso electoral quedó en claro que García Sepúlveda sabe venderse como la segunda mejor opción de los polos encontrados y, al desinflarse Clara Luz Flores, emergió como la opción para los ciudadanos hartos con los políticos de siempre, sean “morenos” o “prianistas”. Ojo con eso.