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Orgullo

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  • Celeste Ramírez

Este mes que concluyó se celebró el orgullo a la diversidad sexual. Y es motivo de recordar una de las más emblemáticas novelas de la literatura mexicana. Una que rompió complemente moldes y tradicionales. Las formas de escribir, la manera abierta de narración y el mapa simbólico de una ciudad cada vez menos cerrada a temas fundamentales de la vida humana.

Luis Zapata heredó la icónica historia de El Vampiro de la Colonia Roma, novela que permite a los lectores conocer, regocijarse, disfrutar, atormentarse, divertirse y ante todo reflexionar sobre las máximas e irrepetibles andanzas picarescas de un joven de la diversidad sexual, un gay aventurero.

La novela que fue Premio Juan Grijalbo en 1979 es una obra fundamental que hizo visible a las personas de la diversidad sexual en nuestro país. En su época (sexenio de José López Portillo) tuvo varias críticas y por supuesto infinidad de detractores. Pero pudo sortear el vendaval de la mala prensa y actualmente, sin duda, constituye un aporte literario de gran calado para la demanda por los derechos de la comunidad LGBTTTIQ+ en México.

Como es sabido el Vampiro es una novela construida a partir de las características de la tradicional novela picaresca de la literatura española. Aderezo literario de realismo, sátira, critica social e incluso un poco de autobiografía del pícaro.

Aporta un mapa de la ciudad de México narrado a través de Adonis García, el prostituto del ‘defe”. Recorre la colonia Roma y la colonia Cuauhtémoc como puntos de reunión en esa geografía gay: «los sanborns que siempre han sido una ayuda tremenda para la gente de ambiente siempre han tenido algo que atrae a los gayos no sé por qué».

Se incluye —y Luis Zapata Quiroz nos da a conocer— un amplio e ilustrativo glosario del homosexualismo: ‘el quién es quién’ de ese ambiente: los gayos, los chichifos, el buga, entre otros.

Entre la literatura homoerótica se recomienda:

“Nocturno de los Ángeles”, de Xavier Villaurrutia. (Poemas).

La estatua de sal, de Salvador Novo. (Memorias).

Cuaderno de amor y desamor (1968-1993), de Nancy Cárdenas. (Poemas)

“Ojos que da pánico soñar”, de José Joaquín Blanco. (Crónica).

El beso de la mujer araña, Manuel Puig. (Novela)

Antes que anochezca, Reinaldo Arenas. (Memorias)

Y, por supuesto, De profundis, Oscar Wilde. (Epístolas)

Obras de la diversidad sexual sin descafeinar.

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Con información publicada en esta columna el 13 de noviembre del 2020.

Celeste Ramírez


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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