El dibujante argentino Joaquín Salvador Lavado Tejón, conocido popularmente como ‘Quino’, logró desafiar el tiempo y la geografía con trazos que dieron vida a sus personajes: Mafalda, la protagonista, su madre y su padre, Miguelito, Felipe, Susanita, Manolo y Libertad, con una narrativa que sigue tan vigente y actual como cuando ‘Mafalda’ hizo su debut, el 29 de septiembre de 1964, hace ya casi 58 años.
Desde su origen, la historieta se posicionó como una vía intelectual para el humor reflexivo, para el análisis y hasta para la crítica social, y no como una tira de entretenimiento. Cuestionó los roles de género, los convencionalismo sociales y el atropello a los derechos humanos.
La reflexión de hoy viene a cuenta porque a partir de este sábado 20 de agosto, esta adorable niñita hace su aparición en el Museo de las Constituciones (MuCo) de la UNAM, en la nueva exposición temporal Mafalda: Miradas a “lo femenino” preparada por los sucesores de Quino y la curadora invitada Mireya del Pino Pacheco, directora de Estudios y Políticas Públicas del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación.
La muestra expone una selección de viñetas de las que surgen miradas muy actuales de lo que Mafalda veía hace más de medio siglo sobre “lo femenino” y la complejidad de las desigualdades entre hombres y mujeres.
Desde la perspectiva del personaje, la exposición provoca la reflexión sobre la falta de acceso a las mismas oportunidades, las múltiples caras de la discriminación, la desigualdad salarial entre los géneros y los retos que todavía enfrentan nuestras sociedades en materia de derechos humanos y equidad. “¿Qué y cómo eran los derechos humanos?” -se preguntaba Mafalda hace más de medio siglo- y tal parece que la pregunta sigue vigente como un recordatorio del valor de la dignidad de las personas y del reconocimiento de sus derechos.
La exposición temporal Mafalda: Miradas a “lo femenino” estará abierta al público sin costo, hasta el 18 de diciembre de 2022, en el MuCo, en el Centro Histórico de Ciudad de México. Mafalda es y será un referente; es la niña curiosa, pensante, imaginativa, de opinión absolutamente feminista y confrontacional, que dio voz a una generación de mujeres que comenzaba a cuestionar su rol asignado y a desafiar a la familia y a la sociedad como estructuras heteronormativas.
Recordar a Quino, el autor, y a Mafalda, la portavoz, es la oportunidad de cuestionar y abordar de nueva cuenta sus temas: educación, familia, amor, matrimonio, maternidad, machismo, roles de género, amistad, la pobreza, racismo, moda, televisión, política, publicidad, asuntos mundiales y temas existenciales, siempre desde una mirada cándida, pero incisiva; infantil, pero madura, la mirada de Mafalda, que odiaba la sopa, sí, la sopa.
Celeste Ramírez