Personaje excepcional don Eduardo Lebrija y Sánchez, quien protagonizó una de las historias más conmovedoras del medio literario toluqueño y quien, por supuesto, es digno de rescatar en nuestra historia local.
Conocido como Lebrijita, fue un hombre muy popular en la localidad. Don Eduardo nació en el año de 1907 y cultivó de manera pertinaz los géneros literarios, como la poesía y la novela.
Por su oficio de encuadernador, él editaba y publicaba sus obras. Era común, en los años setenta y ochenta, verlo en las cafeterías de tradición en Toluca con un morral vendiendo sus obras literarias cuyo costo era de un peso. Se trataba de publicaciones eminentemente artesanales y sin mayor pretensión. Los panfletos eran muy demandados, ya que en sus micronovelas o relatos abordaba alguna anécdota propia o histórica.
Algunos títulos fueron “De la Tierra a la Luna y de la Luna a Marte”, “El fin del mundo”, la cual llegó a la segunda edición como novela de fantasía, aumentada y corregida, en 1979; “Todo de todo en todo”, además de la novela autobiográfica: “La vida licenciosa del escritor y poeta Eduardo Lebrija y Sánchez, su servidor de ustedes”.
“Toluca de mis recuerdos”, “Grandes remedios caseros o –un escrito sobre- María de Lourdes” (no sabemos si se trata de algún guiño a la cantante de música vernácula o alguna persona más).
Lebrijita tuvo un estilo naíf: ingenuo, espontáneo y autodidacta. Sus textos no fueron de altos vuelos literarios y siempre escribió de manera libre, más allá de las reglas básicas de sintaxis u ortografía.
La obra de Eduardo Lebrija tiene amplia valía como documento histórico, anecdótico y costumbrista de la ciudad.
El ex cronista de Toluca, el destacado maestro Gerardo Novo, publicó en el periódico El Sol de Toluca (07/04/2003), un texto a propósito del escritor:
“A Lebrijita también se le puede ver desde el enfoque del investigador costumbrista que se interesa en los tipos callejeros o populares de las ciudades (…) es como una mezcla de Pito Pérez y Margarito Ledezma”.
“En tiempos muy anteriores al email, le hacía llegar sus obras a Ronald Reagan en la época en que éste fue presidente de los Estados Unidos”, escribió el maestro Novo.
Alguien debería rescatar a este personaje local.