Los chiles en nogada son lo más suculento de la temporada patria y mucho se ha escrito sobre el tema. Hay mitos y verdades como en todo tópico, y reviste, el platillo mangar, de diversos simbolismos.
En el poema El Figón, José Juan Tablada, el escritor encumbra el guiso nacido de la cocina mexicana barroca:
“¡Júbilo de los chiles en nogada/donde brillantes granos de rubí/ y granate desgrana la granada!” (en La feria, 1928).
Son una poesía de la cocina poblana la mixtura de los ingredientes (sal y azúcar) y las referencias que enaltecen a la patria. Del color se emula la bandera mexicana y su significado patriótico: el verde del chile nos encuentra ante la esperanza; el blanco de la salsa nogada representa la fraternidad mexicana y el rojo representa la sangre del heroísmo que logró la soberanía.
El tiempo y la trascendencia del platillo virreinal lo consagró de postre a platillo principal (y especial). Digno representante del sabor y de la belleza de la gastronomía mexicana considerada como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad (Unesco, 2010).
Sus ingredientes infaltables para lograr el platillo: Chile poblano
Cada cocinero le otorga su sazón especial al elaborar el platillo cuyas mezclan hacen la deliciosa mexicana: chile poblano, nuez de castilla, granada, frutos secos (manzana, pera y durazno); queso de cabra, carne picada (de res y cerdo), almendras, leche entera, vino blanco y jerez, canela.
A saborear la gloria mexicana con este platillo. Y, en cuestión de chiles en nogada a gusto del comensal con o sin capear o servidos, ya sea, fríos o calientes.
Se acompaña con agua de sabores mexicanísimos o con tequila o mezcal. Y hay quienes los maridan con vinos blanco y rosados.
Es al gusto.
Disfruten de la proximidad de las fiestas patrias.