En estos tiempos de autoritarismo populista, muchos gobernantes voltean a ver al presidente Nayib Bukele, de El Salvador.
El presidente salvadoreño lleva toda su administración con una aprobación por encima de 85 por ciento, lo que le ha permitido modificar la ley para que pueda ser reelecto las veces que quiera.
La clave en esto ha sido que desde marzo de 2022, cuando se suspendieron derechos del debido proceso, las fuerzas de seguridad han detenido a más de 85 mil personas, a menudo sin órdenes judiciales, acceso a asesoría legal o cualquier oportunidad significativa para impugnar su detención.
El presidente Trump ordenó el lunes al Departamento de Defensa que asuma un papel más importante en la aplicación de la ley nacional, incluso “sofocando disturbios civiles”, mientras amenaza con ampliar los despliegues de la Guardia Nacional en las ciudades gobernadas por sus enemigos políticos.
La orden ejecutiva, publicada por la Casa Blanca el lunes por la mañana, también formaliza la creación de unidades de la Guardia Nacional especialmente entrenadas en el Distrito de Columbia y los 50 estados que pueden movilizarse rápidamente para “garantizar la seguridad y el orden públicos”.
El martes, durante la reunión con su gabinete transmitida en vivo, la supuesta lucha contra el crimen se llevó los mayores autoelogios. Según la más reciente encuesta de AP, 53% de los estadunidenses dice que aprueban el manejo del crimen por parte de Trump. Eso es más alto que su índice de aprobación sobre la economía, la inmigración y el conflicto entre Rusia y Ucrania.
El miércoles en la mañanera, dedicada a la seguridad, abrió el secretario Omar García Harfuch así: “En las últimas dos semanas han sido detenidas más de mil personas por delitos de alto impacto, se han asegurado 381 armas de fuego y casi 20 toneladas de droga, además de inhabilitar 61 laboratorios para la producción de drogas.
“Asimismo, del 1 de octubre de 2024 al 25 de agosto del 2025, se han alcanzado los siguientes avances: más de 30 mil 700 personas han sido detenidas por delitos de alto impacto”. Cuando oigo a García Harfuch siempre me queda la duda —razonable, creo— de cuántas carpetas de investigación se abrieron en el mismo lapso. En fin.
Hace unos meses, el presidente Bukele sorprendió y “cautivó”, según la prensa, a casi 2 mil niños en un circo donde se subió al ring con un payaso para hacer un show de box. Sí, como el miércoles en el Senado. El impacto de Bukele es incontenible.