Está claro que desde hace mucho tiempo los republicanos odian a los migrantes o por lo menos utilizan a los migrantes mexicanos para avanzar en sus carreras políticas. Muchos de ellos lo hacen por razones ideológicas, porque así fueron formados y así lo creen. Para otros es simplemente política. Política asesina, por cierto. Política que tomó fuerza con Donald Trump en la Casa Blanca.
Pienso que en estos tiempos el peor de ellos es Greg Abbott, el gobernador de Texas. Hace unos días, el Houston Chronicle y el San Antonio Express News publicaron una nota firmada por el reportero Benjamin Wermund que decía:
“Funcionarios que trabajan para la iniciativa de seguridad fronteriza del gobernador Greg Abbott recibieron la orden de empujar a los niños pequeños y bebés lactantes de regreso al río Bravo, y se les dijo que no les den agua a los solicitantes de asilo incluso en condiciones de calor extremo, según un correo electrónico de un policía del Departamento de Seguridad Pública, que describió las acciones como ‘inhumanas’.
“El relato del 3 de julio, revisado por Hearst Newspapers, revela varios incidentes no informados anteriormente, que el policía presenció en Eagle Pass, donde el estado de Texas colocó miles de alambres de púas y desplegó un muro de boyas en el río Grande. Según el correo electrónico, una mujer embarazada que tuvo un aborto espontáneo fue encontrada a finales del mes pasado atrapada en el cable, doblada por el dolor. Una niña de cuatro años se desmayó por el agotamiento por calor después de que intentó atravesarlo y los soldados de la Guardia Nacional de Texas la empujaron. Un adolescente se rompió la pierna tratando de navegar por el agua alrededor del cable y tuvo que ser cargado por su padre. El correo electrónico, que el policía envió a un superior, sugiere que Texas ha colocado “trampas” de barriles envueltos en alambre de púas en partes del río con mucha agua y poca visibilidad. Y dice que el cable ha aumentado el riesgo de ahogamiento al obligar a los migrantes a adentrarse en tramos más profundos del río”.
Hay reportes también de que los funcionarios texanos tienen como orden no ayudar en el proceso normal de migración o asilo o impedir el trabajo de los funcionarios federales.
Frente a eso, los gobiernos de Biden y López Obrador dicen cosas: Biden va a la Corte, AMLO confunde politiquería con crueldad y Abbott sigue en lo mismo. Y el próximo año electoral solo se pondrá peor.