The New York Times publicó un reportaje con nuevas revelaciones del desastre en la reciente investigación sobre lo sucedido en Iguala cuando desaparecieron 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa.
De lo que ha pasado en la Comisión de la Verdad, que preside Alejandro Encinas, y la fiscalía especial nombrada para judicializar nuevos descubrimientos.
El retrato es desolador por muchas razones, pero en el centro del desastre está este párrafo:
“Pero luego de que transcurrieron tres años sin muchos otros avances significativos, López Obrador empezó a ponerse ansioso. “El Presidente me dijo: ‘¿qué pasó? Ya informa’”, dijo Encinas en una entrevista. Y más tarde añadió: “Nos quedan dos años de gobierno y nosotros tenemos que dar resultados y la fiscalía tiene que judicializar”.
La prisa nunca es buena consejera.
Menos cuando se trata de un evento tan complicado y ensuciado por una investigación —es un decir— que lo que hizo en el sexenio pasado fue ensuciarlo todo aún más. Esa fue la primera y terrible temporada.
Cuando se anunció la segunda, los padres de los jóvenes —que son quienes importan— se llenaron de esperanza. Se avanzó, se encontraron nuevos lugares y nuevos restos. Se intensificaron las búsquedas, nuevos indicios y nuevas pruebas.
Pero el Presidente tenía prisa. Y lo que le dijo a Encinas seguramente se lo dijo al fiscal Gertz, que presionó al fiscal especial para que judicializara en contra de la opinión de esa fiscalía, para que días después se retiraran acusaciones.
Y Encinas publicó un informe que contenía cientos de capturas de conversaciones en WhatsApp. Conversaciones que por la prisa y la desconfianza en la fiscalía —podrían filtrarlo, dice Encinas— no se validaron técnicamente.
Y ahora en entrevista con The New York Times, “el líder de la Comisión de la Verdad dijo que mucho de lo que se presentó como evidencia nueva y crucial no pudo verificarse como real. ‘Hay un porcentaje importante, muy importante, que está todo invalidado’, dijo Alejandro Encinas”.
“Hay unos que hemos desechado”, dijo. “No tienen elementos suficientes para acreditarse”. Encinas admitió que la fuente que brindó los mensajes podría haberlos fabricado. “Todo es posible”, dijo.
Esos mensajes son fundamentales para la nueva teoría del caso.
El 31 de este mes, el GIEI informará del peritaje que ellos decidieron hacer. Será la última oportunidad para que esta segunda temporada se reivindique. No se ve sencillo.
Carlos Puig
@puigcarlos