Tiempos extraños estos.
Mientras en México tenemos dos candidatas a la Presidencia de la República que no se llaman así sino coordinadoras de quién sabe qué, porque la ley —que ambas infringen— es la ley… en Estados Unidos van dos debates de aspirantes a la candidatura republicana a la presidencia en donde no asiste el hombre que le lleva 40 puntos porcentuales de ventaja a su más cercano competidor (utilizo el promedio de encuestas nacionales de FiveThirtyEight que pone a Donald Trump con 54 por ciento de las preferencias y a Ron DeSantis con 13.8 por ciento).
En el mismo sitio web, la revisión de las más recientes encuestas rumbo a la presidencial pone bastante parejos a Trump y al presidente Joseph Biden, más allá de la acumulación de acusaciones legales en contra del ex presidente y de sus cada vez más absurdas y descontroladas apariciones ya sea en redes sociales o en medios de comunicación.
Migración, fentanilo y México fueron temas en el debate de los perdedores que terminó con el gobernador de Florida advirtiendo que mandaría al ejército estadunidense a México a terminar con los cárteles de droga, asunto que confirmó en la entrevista posterior con Sean Hannity.
Pero sería un grave error descontar lo ahí dicho porque muy probablemente ninguno de ellos llegará a la candidatura, menos a la presidencia.
No solo porque lo dicho en el debate en algunas ocasiones se queda hasta corto respecto a lo que dice y pretende hacer Donald Trump, el muy probable candidato, sino porque refleja lo que quiere y por lo que votará y exigirá el nutrido movimiento conservador que se ha consolidado con el trumpismo.
Las encuestas llevan más de un año mostrando, por ejemplo, que cada vez más los estadunidenses están molestos con la migración. Y más allá de que no sea cierto, los estadunidenses también están cada vez más convencidos que su crisis de drogas tiene que ver con México.
La crisis migratoria y la fallida política de Biden (y México); la poca acción del gobierno estadunidense frente a la crisis de muertes y desolación que han causado las nuevas drogas solo aumentará el descontento. De hecho, ya algunos demócratas empiezan a flaquear por esas razones.
¿Alguien en el gobierno de México lo está viendo?