Para Fernando Garza Trueba.
Con sincero agradecimiento.
A una semana vista de que se celebren los comicios para elegir gobernador del estado, la desesperación e impotencia son la constante en la casa de campaña de la candidata por el PRIAN.
Los operadores políticos y estrategas externos se convirtieron en el agua y el aceite desde el inicio de la campaña de la senadora con licencia. El verdadero operador fue Edgar Chumacero, quien movido por la piel y el parentesco político cumplió con lealtad y fidelidad haciendo sus deberes en favor de quien hoy amaga con una resistencia civil, so pretexto de lograr una mesa de diálogo con el ejecutivo estatal que garantice equidad e imparcialidad el próximo 5 de junio. La estrategia no es mala, aunque para muchos esto representa dar patadas de ahogado en una candidatura que nació muerta, y en donde nunca tomaron en cuenta ni valoraron desde el CEN del PRIAN la vulnerabilidad de quien de la mano de Mario Marín se sintió segura de obtener el triunfo y gobernar este estado durante 1 año 8 meses.
Las encuestas nacionales y estatales dan ventaja a Tony Gali por más de 10 puntos, lo que augura un triunfo irreversible en sus aspiraciones para gobernar a los poblanos. Afirmé en otras entregas que, la ideología partidista que impone la Constitución en su artículo 41 había sido abandonada para dar paso al pragmatismo puro, sin propuestas serias y sin un programa de acción verdadero que motivara a los electores para salir a votar por un candidato convincente.
Las campañas negras, las denostaciones, descalificativos, epítetos y demás lindezas llenaron los espacios de todos los medios de comunicación y de las redes sociales. Una política chunga, pervertida y en decadencia, en donde salió a relucir el verdadero rostro de quien se había ofertado como impoluta e incorruptible, los poblanos conocieron el lado obscuro de quien de manera inexplicable se valió en su paso por la primera regiduría de este municipio capitalino para hacer pingües negocios al puro estilo marinista con la complacencia de este y de sus personeros del mal, quienes fueron beneficiados en aquel fallido trienio en el que participé como asesor y del que me separé a tiempo por infinidad de desacuerdos con la candidata en decadencia al someterse a las órdenes del entonces gobernador hoy en desgracia, presa de la ignominia, del desprecio y repudio nacional.
En estos últimos días, he tenido encuentros con colaboradores cercanos al equipo de Blanca, quienes no han aceptado que las charlas acordadas se produzcan de manera abierta por temor a que descubran la mala catadura de sus actos. Ellos saben a quienes me refiero. En todos los casos, los "mensajeros" inician con amenazas veladas, que según su dicho, salen de la voz de la candidata a quien consideré verdaderamente mi amiga y por quien me jugué el pellejo para que mi amigo y mentor Manuel Bartlett, la hiciera Secretaria de Finanzas, cosa de lo cual me arrepiento, instalada en el poder y siendo presidente del partido al que pertenezco en este municipio, el PRI -que no el PRIAN-, en el que ella participa como senadora, fui abandonado y despreciado por ella una y otra vez, mientras de manera constante y pertinaz se reunía con los dirigentes del PAN, nuestros entonces adversarios, porque despreciaba a Javier López Zavala, entonces candidato al gobierno del estado.
Después de escuchar las razones de peso que me han llevado a contar mis desagradables experiencias con la originaria de Tlaxcala de Xicoténcatl, sus colaboradores terminan por recular y soltar su lengua viperina, lanzando esputos en contra de su candidata tales como, cito textual: "la culpable de la derrota va a ser ella y nadie más"; "Beltrones la mandó a perder"; "nunca supimos de sus tranzas y su cercanía con Mario Marín"; "el equipo de campaña es un desmadre, nadie la quiere"; "Doger hubiera arrasado".
Por falta de espacio hasta aquí dejo lo que 4 de sus equiperos más cercanos me confiesan a escondidas y sottovoce, y quienes por el mínimo rasgo de honradez deberían separarse abiertamente del equipo de campaña de su candidata a quienes hoy le dan la espalda de manera ruin y vergonzosa. El que avisa no traiciona, dice el dicho, y a uno por uno les expresé hacer públicos nuestros encuentros. ¿Sus nombres?, también los revelaré pasadas las elecciones. Por lo que hace a las amenazas de mi entonces protegida, le hago saber que todavía tiene muchos muertitos en el armario que en su momento me obligarían a revelar. ¡Así o más claro candidata!
