Pasando sobre la Constitución y la ley, el gobierno de Claudia Sheinbaum “envió” hace una semana a 29 cabecillas de la aristocracia criminal mexicana a la justicia estadunidense.
La noche del martes, ante el Congreso de su país, Donald Trump presumió esa entrega como resultado de sus presiones para la imposición de aranceles que entró en vigor ese mismo día.
Dijo con sorna:
“Ante la política de aranceles que les impusimos, nos entregó a 29 personas, poderosos delincuentes y jefes de peligrosos cárteles. Eso nunca había pasado. Ellos nos quieren hacer felices, pero necesitamos que hagan mucho más. Necesitamos que detengan la entrada del fentanilo y las drogas en Estados Unidos”.
Postergando su respuesta oficial, Sheinbaum responde al soberbio, majadero y malagradecido delincuente convicto con una convocatoria populista para atestar de morenistas y acarreados la Plaza de la Constitución (la gobernadora del Estado de México promete contribuir con 140 mil “espontáneos”).
Mientras aquel se pitorrea del gobierno de México que dispuso el traslado extrajudicial de los capos, Sheinbaum expone a sus porras a la befa y mofa del desquiciado bribón.
Al poderoso buleador le valdrá gorro el mitin de la mandataria mexicana.
¿Acaso Sheinbaum pretende legitimar su abecedario de planes con “su” pueblo como si fuera éste quien tomará las decisiones que anunciará y que serán responsabilidad de ella, de nadie más, y menos de sus apoyadores?
Ya se lo hicieron saber los disminuidos líderes de la oposiciónque declinaron llevar a sus correligionarios al mitin.
Quizá tenga sentido, como hizo la Presidenta, volver a “Kaaalimaaan”, pero desde su frase: “Siempre hay un camino cuando se usa la inteligencia”.
En tribuna, Ricardo Anaya hizo propuestas que conviene tomar en cuenta para desestabilizar el plano de sustentación política del gobierno de Trump:
Sugiere maniobras políticas de implosión para que vea el riesgo de perder su mayoría legislativa, que depende de tres congresistas y cuatro senadores republicanos.
Propone imponer aranceles de precisión a los votantes de Nuevo México y Texas que apoyaron a esos congresistas; convocar a una Reunión Interparlamentaria para abrir el diálogo con sus pares de allá y hacer el compromiso con EU de que lo que se está haciendo hoy en México contra la criminalidad será una política pública permanente.
A ello podría sumarse una estrategia de comunicación seria, contundente y firme, encabezada por la presidenta Sheinbaum, para posicionar nacional e internacionalmente, pero sobre todo en EU, esta idea de exigencia y reclamo:
EU no ha hecho lo suficiente para:
–Combatir a las organizaciones criminales en su territorio (detenciones, decomisos, aseguramiento de dinero y armas, combate al lavado de dinero).
–Regular estrictamente la venta de armas y su tráfico hacia México.
–Con políticas de prevención, reducir el consumo de drogas.
Ya va siendo tiempo de que la piñata, con su cucurucho, le pique un ojo a su golpeador...
