A mis hijas Renata e Ivanna, por ayudarme a entender el fenómeno Swift
La vida cotidiana suele ser monótona y aburrida, poco excitante, argumentaba desde los años sesentas el historiador Daniel Boorstin, en su libro “The Image: A Guide to Pseudo-Events in America”. Por ello, la humanidad recurre a crear narrativas heroicas y extraordinarias, de personajes con súper poderes; “pseudo-eventos”.
La tesis de Boorstin criticaba la creciente prevalencia de estos eventos en la sociedad americana (y también global), sugiriendo que contribuyen a una distorsión de la realidad, donde la imagen o la representación de los hechos se convierte en más significativa que los hechos en sí.
Uno de los casos más representativos de esta predilección por lo “extraordinario” por sobre lo “común” es el fenómeno Taylor Swift. Su influencia se extiende mucho más allá de la música, impactando la economía, la academia, la política y hasta las teorías de la conspiración.
Declarada en 2023 como persona del año por la revista Times, su legado ha hecho que Harvard cree cursos para estudiar su impacto; que su gira de conciertos haya estimulado la economía de EEUU y de varias ciudades globales; que la Unión Europea la busque como embajadora del voto; o que incluso se afirme que Swift es la única persona que puede detener la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
Pero, ¿realmente puede el destino político de una nación descansar en los acordes de una guitarra o en las letras de una canción de pop?
Durante las elecciones de 2020, Taylor llamó al voto de sus más de 280 millones de seguidores en Instagram. Una hora después, la plataforma Vote.org registró un aumento de 1,226% en la participación –especialmente de electores jóvenes–, completando 35 mil nuevos registros.
Tiene razón Trump al despotricar contra Swift ante su eventual apoyo a Joe Biden. Encuestas refieren que 1 de cada 5 votantes optaría por el candidato presidencial que Taylor respalde.
El “Efecto Swift” no tiene nada de pseudo, es auténtico. Como advierte Boorstin, la relevancia de las construcciones mediáticas y las narrativas extraordinarias es que tienen consecuencias muy reales en las decisiones de las masas, para bien o para mal. ¿Por quién llamaría a votar Peso Pluma en México?