El tabaco quita una vida cada cuatro segundos en el mundo. En su humo hay más de siete mil productos químicos, de los cuales 250 son nocivos para la salud y al menos 69 de ellos causan cáncer (OMS, 25/03/20 y OMS, 26/07/19).
Más de ocho millones de personas mueren en el planeta por el tabaco anualmente, pues mata a más de 7 millones de consumidores y a 1.2 millones de fumadores pasivos.
En México mueren entre 165 y 180 personas en promedio al día por enfermedades relacionadas con el tabaco; alrededor de 60 mil fallecimientos cada año (Boletín UNAM-DGCS-380).
Primero, el tabaco y el cáncer
Casi nueve de cada 10 muertes por cáncer pulmonar se relacionan con el tabaco, ya sea al fumarlo o por la exposición al humo, haciéndolos los causantes de la mayor parte de los cánceres de pulmón (CDC).
Los productos tóxicos del cigarro son capaces de cambiar el ADN de las células que regulan su crecimiento y funcionamiento, pero al estar dañadas, pueden crecer sin control y formar tumores cancerosos.
Las sustancias tóxicas del tabaco debilitan al sistema inmunológico, lo que hace que al cuerpo se le complique matar las células cancerosas y que estas se puedan multiplicar sin control.
Segundo, ¿qué culpa tienen los niños?
Alrededor de la mitad de los niños en el mundo respiran humo de tabaco en lugares públicos. Cada año mueren más de 60 mil menores de cinco años por infecciones provocadas por humo ajeno pero quienes sobreviven tienen más riesgo de padecer enfermedad pulmonar obstructiva crónica (OMS, 29/05/19).
Como fumadores pasivos, el humo del cigarro le genera a los niños 50 por ciento más otitis (inflamación e infección en el oído), 20 por ciento más crisis de asma y 30 por ciento más crisis respiratorias (AECC).
Tercero, beneficios de dejarlo
Al dejar de fumar 20 minutos bajan la presión arterial y el ritmo cardiaco; después de uno a nueve meses se reduce la dificultad para respirar y en un año disminuye a la mitad el peligro de enfermedad coronaria (OMS, 25/02/20).
Tras renunciar al cigarro por 10 años, baja 50 por ciento la posibilidad de padecer cáncer de pulmón y también se reduce el riesgo de cáncer de boca, garganta o vejiga.
Los fumadores que dejan el tabaco y su edad está entre los 30 años, ganan casi 10 años más en su expectativa de vida. Quienes tuvieron un infarto y ya no fuman, acortan a la mitad el peligro de tener otro.
Tan solo en Estados Unidos las compañías de cigarros y de tabaco sin humo destinaron en 2018 más de 9 mil millones de dólares en gastos publicitarios y promocionales pero es preocupante que en todo el mundo se enfocan en los más jóvenes, con productos que parecen atractivos y menos dañinos (CDC y OMS).
Tomemos conciencia sobre los riesgos del tabaco porque las consecuencias son devastadoras para fumadores y no consumidores.