En este tiempo, en el que más de mil millones de personas están o estamos pasando por un proceso de cuarentena o aislamiento a nivel mundial, confinados la mayor parte del tiempo en nuestra casa, no podemos darnos el lujo de ser radicales con los pensamientos negativos.
El confinamiento ha despertado en nosotros, en especial en México, un sentimiento de desesperación, incertidumbre y tristeza que no estamos preparados para sobrellevar.
En el último mes, a nivel mundial se ha reportado una escalada en cuanto a la violencia de género.
Lo más triste es que está situación era de esperarse en una sociedad que no sabe o que no entiende como convivir.
Según datos proporcionados por la ONU, estamos ante una situación en la que el mismo hogar, puede ser una trampa, donde la vida y la integridad física o psicológica se encuentran en riesgo.
En Francia, la violencia en el hogar aumento un 30%, tan es así que las autoridades habilitaron hoteles para hospedar a las víctimas, España ha incrementado sus asesorías en línea en este rubro en un 270%, Colombia aumentó exponencialmente sus llamadas de auxilio en un 91%, Chile un 70% y México no se queda atrás, de acuerdo a un estudio de la UNAM se han incrementado en un 60% las llamadas por abuso, acoso u hostigamiento sexual, violación y violencia familiar durante este confinamiento. Además, según la red nacional de refugios las peticiones de asilo aumentaron un 30%.
¿Qué nos está faltando como sociedad?, porque esos incrementos en los índices de violencia, cuando se supone que el tiempo que pasamos, lo estamos pasando en compañía de nuestra misma familia.
La desesperación, la angustia, la incertidumbre, la mala información, son males en los que no podemos, ni debemos caer.
Nadie en el planeta hubiera imaginado al principio de 2020 la situación en la que nos veríamos inmersos.
Pero ya estamos aquí, son tiempos difíciles, pero si hacemos lo que nos toca, seguramente encontraremos el camino para sobrellevar toda esta carga emocional, cambiemos nuestras actitudes, seamos solidarios, comprensivos y sobre todo empáticos, eso nos dará la confianza y la certidumbre de que saldremos de esta situación, con más fe y más vida que nunca.
